La paciencia es una gran virtud del ser humano, el que la posee , tiene en su poder un preciado don; en política es muy importante e imprescindible; pero, el haber sido prudente en exceso , puede acarrear que no quede más remedio a la hora de actuar en un determinado asunto, que se tenga que utilizar la contundencia al pasar a la acción. Esto les puede pasar al Presidente del Estado español, Sr. Rajoy ( don Mariano), y al Gobierno que preside en el caso catalán. Mas y los secesionistas han dado un paso más desobedeciendo al Tribunal Constitucional, prevaricando al saltarse la Ley a la torera, y , por ende, mandar al carajo al Estado de derecho; han cruzado la línea roja; ahora, al Gobierno no le queda otra que emplear la coacción que le da la legitimidad política para defender el territorio, que pertenece al conjunto de todos los españoles. Porque en el fondo de la cuestión ( todo este peligroso asunto), no es más, ni menos, que una cuestión de territorio, y como bien decía Jellinek, el Estado tiene un dominio sobre el mismo; y corresponde al conjunto de la ciudadanía del Estado español, que es donde reside la soberanía nacional, quién debe manifestarse en caso de secesión de una parte del mismo.

La insumisión de Mas y los suyos puede que genere violencia; que no está nada lejos, y, al Gobierno no le quede otra que usar la violencia física legítima para defender la Constitución española y al Estado de derecho ¡ ojalá no se llegue a tales extremos !