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Campo

Esta localidad de la comarca de Benavente, epicentro de una alerta fitosanitaria regional por pulguilla de la patata

La Junta declara zona demarcada tras confirmar la presencia del coleóptero nocivo en una parcela infestada, la primera detectada en Castilla y León

La orden de alerta fitosanitaria afecta a Santa María de la Vega.

La orden de alerta fitosanitaria afecta a Santa María de la Vega. / J. A. G.

Benavente

Santa María de la Vega ha sido oficialmente reconocida como zona infestada por el organismo nocivo Epitrix cucumeris, tras la confirmación emitida por el Laboratorio Nacional de Referencia. La detección se produjo en una parcela donde se realizaron muestreos entomológicos en el marco del Plan Regional de Sanidad Vegetal. Esta es la primera vez que se constata la presencia de este insecto en Castilla y León, lo que ha motivado la adopción de medidas extraordinarias.

La Dirección General de Producción Agrícola y Ganadera ha delimitado una zona demarcada que incluye la parcela infestada y un área tampón de 500 metros a su alrededor. Esta zona estará sujeta a estrictas medidas fitosanitarias obligatorias, que incluyen la desinfección de tubérculos mediante lavado o cepillado, la prohibición de plantar especies hospedantes sin autorización previa, y el monitoreo intensivo de parcelas colindantes. Los tubérculos destinados a comercialización deberán ser tratados en almacenes registrados y acompañados de pasaporte fitosanitario.

Para evitar la dispersión del organismo nocivo, se han establecido condiciones específicas para el transporte de tubérculos, vehículos, maquinaria y materiales de desecho. Los productores deberán notificar con antelación las fechas de recolección y traslado, y garantizar que los medios de transporte estén cubiertos y limpios. Además, se exige la eliminación segura de tierra residual y restos vegetales que puedan contener larvas o pupas del insecto.

Un coleóptero dañino

El insecto Epitrix cucumeris, conocido comúnmente como pulguilla de la patata, es un coleóptero que afecta principalmente a cultivos de la familia de las solanáceas. Su ciclo biológico incluye fases larvarias que se desarrollan en el sistema radicular de las plantas, provocando daños severos en los tubérculos. Los adultos se alimentan de las hojas, generando perforaciones que reducen la capacidad fotosintética y debilitan el desarrollo vegetal. La propagación de esta plaga puede comprometer la viabilidad comercial de la producción agrícola, especialmente en zonas con fuerte implantación del cultivo de patata.

El plan de control contempla también la aplicación de tratamientos químicos dirigidos a los adultos invernantes, con productos autorizados en el Registro de Fitosanitarios del Ministerio. Se recomienda una aplicación foliar temprana en marzo-abril, coincidiendo con la reactivación del insecto tras la diapausa. En caso de que se detecten adaptaciones en el ciclo biológico del insecto, los momentos de tratamiento deberán ajustarse en función de las nuevas condiciones.

Las medidas culturales incluyen la rotación de cultivos, la eliminación de rebrotes y malas hierbas hospedantes, y la gestión adecuada de residuos en almacenes. Entre las especies afectadas se encuentran la patata, el tomate, el tabaco, la berenjena y el pimiento, así como hospedantes silvestres como Datura stramonium y Solanum nigrum. También se consideran sensibles cultivos como coles, pepino, remolacha, acelga, lechuga, maíz y judía.

El incumplimiento de estas medidas podrá ser considerado infracción administrativa, con posibilidad de apertura de expediente sancionador, imposición de multas coercitivas y ejecución subsidiaria. La resolución no pone fin a la vía administrativa, por lo que cabe interponer recurso de alzada ante la Consejería competente en el plazo de un mes desde su notificación.

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