Siniestro vial
El autobús con 27 escolares de Benavente que casi cae al Porma circulaba con exceso de velocidad y con las ruedas sin dibujo
La conductora del vehículo investigada por conducción temeraria declara ante el juez de León por videoconferencia junto a madres y padres como testigos
Una madre también chófer de autobús que viajaba con su hija, de baja seis meses por ansiedad, se persona en la causa y reclama por los daños

El autobús se salió de la calzada y colisionó contra la barrera de protección al borde el embalse. / L. O. Z.
La conductora del autobús de la empresa Julio Fernández que estuvo a punto de despeñarse al embalse del Porma el 4 de marzo del año pasado declara hoy por videoconferencia ante el magistrado-juez del Juzgado de Instrucción número 1 de León como investigada por un delito contra la seguridad vial por conducción temeraria. La chofer comparecerá en los juzgados benaventanos junto a cinco madres y padres que prestarán declaración por el mismo sistema en calidad de testigos.
El Juzgado de Instrucción número 1 de León instruye diligencias de procedimiento abreviado contra la conductora, la única imputada en el caso de este siniestro vial que se saldó con daños en el autobús sin heridos, pero rozó la tragedia.
El accidente se produjo a la 9.39 horas en el punto kilométrico 10,900 de la carretera provincial LE-331 “Boñar-Puerto de San Isidro-Límite Principado de Asturias), en el término municipal de Boñar. Además de la chófer viajaban en el autobús 27 escolares y seis padres con dirección al Puerto de San Isidro donde los niños de Benavente iban a disfrutar de un día de nieve en el marco del programa de juegos escolares y deportes de invierno de la Diputación de Zamora.
Curva peligrosa
Desde la salida de la población de Boñar, en el kilómetro 2 de la LE-331, hasta el lugar en que se produjo el siniestro, se encontraba completamente cubierta de nieve, según declararon los padres (2) y madres (4). El estado de la carretera quedó patente en un video grabado por uno de los padres. El tramo del siniestro era una curva peligrosa y cerrada a la izquierda con señalización vertical.
El informe del Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Astorga detalla que el autobús, un Iveco modelo Arway de 49 plazas y dedicado al servicio discrecional de menores, se salió de la vía por la margen izquierda. La calzada estaba cubierta de hielo y nieve y al tomar una curva hacia la derecha, la conductora perdió el control del vehículo, que colisionó contra la barrera de protección lateral semirrígida que protege del desnivel al embalse del Porma. En este tramo la velocidad aconsejada y señalizada es de 40 kilómetros por hora y otra señal de peligro advierte de pavimento deslizante por hielo o nieve. Los ocupantes del vehículo resultaron ilesos. El autobús sufrió daños materiales y resultaron dañados unos 40 metros de la barrera de protección.
La inspección extraordinaria de transporte realizada sobre el siniestro vial concluyó que el autobús circulaba a 55 kilómetros por hora y que la conductora, al percatarse de la existencia de una curva pronunciada hacia la derecha, comenzó a frenar. El vehículo se desaceleró y golpeó contra la barrera aumentando la desaceleración por el rozamiento contra la barrera hasta que se detuvo.
"Teniendo en cuenta, los estados de los neumáticos, que no presentan dibujo en la banda de rodadura, el estado de la calzada, con hielo y nieve), la orografía del terreno (curva peligrosa a ta derecha), las advertencias de peligro mediante señales existentes en la vía, la velocidad recomendada de 40 km/h), así como la capacidad de frenado que tiene un vehículo de esta categoría, es parecer de los agentes que la conductora circulaba a una velocidad muy notoriamente superior a la adecuada para la vía y para el transporte de menores, yá que legalmente se disminuye en 10 km/h la velocidad máxima a la que pueden circular, que además añadiendo las circunstancias descritas anteriormente se podría considerar cómo temeraria", concluye el Equipo de Transportes del Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Astorga en el informe.
Los instructores de las diligencias comprobaron las lecturas del tacógrafo del autobús y comprobaron que circulaba a los citados 55 kilómetros por hora en el momento del siniestro. Comprobaron también que los neumáticos delanteros "se encontraban en mal estado", y pese que el vehículo contaba con cadena no las llevaba puestas. Consideran que la conductora "no se informó del estado de la calzada, que se encontraba con cadenas a la salida de Boñar, ni se detuvo al ver que estaba cubierta de nieve y con un nivel de dificultad rojo, nivel en el que los autobuses no pueden circular".
La reclamación de una madre conductora de autobús aquejada de ansiedad durante 179 días
Una de las cuatro madres que viajaba ese día en el vehículo de servicio discrecional escolar al cuidado de su hija debido a sus especiales necesidades es también conductora de autobús. El siniestro la sumió en una situación de ansiedad reactiva que la mantuvo impedida para realizar su trabajo durante seis meses (179 días).
Por esta circunstancia contactó tanto con la Diputación Provincial de Zamora como con la Junta de Castilla y León para reclamar que el seguro debían de tener las instituciones organizadoras del programa la indemnizara por los daños mentales que el accidente la había provocado apartándola de su empleo.
La Diputación de Zamora le comunicó que el programa dependía de la Junta y esta, tras varias comunicaciones, contestó que el seguro no cubría esa contingencia. Durante este tiempo recibió tratamiento psiquiátrico y psicológico. Tampoco tuvo éxito un intento de acuerdo de su abogada con la empresa de transporte. Finalmente se personó en las diligencias de procedimiento abreviado que sigue el Juzgado de Instrucción número 1 de León contra la chofer investigada debido al trauma psicológico y ansiedad que sufrió derivado del accidente, y que le impidió realizar su trabajo habitual, desde la fecha del siniestro.
Al día siguiente del accidente formuló una queja ante la Diputación Provincial de Zamora por presunta negligencia de la empresa de transportes al encargar el servicio a un trabajador con una experiencia de un año y dos meses.
También planteó otra queja en la Diputación de León reclamando mejoras en la seguridad de la carretera, que se investigaran las causas del siniestro "que pudo haber acabado en desgracia" y que "depuraran responsabilidades". Esta madre reclama una indemnización próxima a los doce mil euros por las afecciones mentales que le causó el accidente y que la inhabilitaron durante ese tiempo para volver a conducir.
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