Ocio
Senderos de Mózar, la ruta BTT más “espectacular” de la comarca de Benavente según Bikers Duri
Miembros del club experimentan y relatan el itinerario de 39,86 kilómetros con 314 metros de desnivel en esta zona del Tera

El "espectácular" sendero de Mózar para BTT / J. E. G.
Ciclistas de Bikers Duri de Zamora realizaron la pasada semana la ruta para bicicletas BTT de Mózar, un itinerario de 39,86 kilómetros con un desnivel de 314 metros. El club publicó en su blog los detalles de la experiencia y el análisis de la ruta. “Nuestra enhorabuena al Club BTT Puente Mózar por haber logrado hacer un recorrido tan espectacular. No nos cabe duda de que detrás del mismo hay mucho trabajo de muchas personas”, confluyen dando la enhorabuena al club homólogo Puente de Mózar. Esta es la descripción completa de la ruta realizada por Bikers Duri y en concreto por José Eladio González, el pasado día 13 y que se reproduce a continuación.
“No solemos participar en muchas pruebas de BTT y, en concreto, a la Marcha BTT Puente Mózar, por distintas circunstancias, no hemos acudido nunca. Sin embargo, hace unos días un integrante del club organizador (Club BTT Puente Mózar) nos habló de ella, "levantó la liebre". Nos ha faltado tiempo para hacerla…
Partimos de Zamora cinco bikers en dos coches alrededor de las 9.30 horas. Llegamos al aparcamiento del Restaurante Puente Mózar, descargamos las bicis, nos preparamos y, como no podía ser de otra forma, tomamos un café antes de partir.A las 10.30 nos montamos en las bicis, salimos a la carretera que va hacia Santa Cristina e instantes después cruzamos el puente sobre el río Tera que, en esa zona, tiene las dimensiones de un gran río.

El trazado de la ruta BTT por Mózar, Villanázar y Santa Cristina. / Wikiloc
Nada más terminar el puente giramos a la izquierda para entrar en un camino. En cuanto realizamos el giro paramos para solucionar una pequeña avería en una de las bicis, nada serio. Enseguida continuamos bordeando el río. El camino nos encantó, rodeado de mucha vegetación y flanqueado por choperas.Y lo mejor, había sol. Es cierto que eran muchas las nubes que poblaban el cielo pero, de vez en cuando, dejaban algún pequeño hueco por donde dejaban pasar sus rayos.
Después de casi tres kilómetros junto al Tera realizamos un giro de ciento ochenta grados para dirigirnos hacia otro camino trazado en perpendicular a la localidad de Villanázar. Como un kilómetro después entramos en esa localidad, que cruzamos de punta a punta sin cambiar de dirección y sufriendo la primera ascensión de la mañana, si bien fue muy llevadera.
La subida continuó después de dejar atrás el pueblo, poco después viramos en ángulo recto hacia la derecha y seguimos por un camino descendente rodeado de campos de cereales, principalmente, y con las cunetas llenas de "primavera".Al terminar la bajada el camino vira a la izquierda. Poco después al lado contrario y terminamos en paralelo a la carretera que va a Santa Cristina. Nada más coger este camino comenzamos otro ascenso y nos sumergimos en un bosque cerrado de encinas y jaras.
Esta solo fue la antesala de todo lo que nos quedaba por recorrer. Realmente en ese punto, casi ocho kilómetros después del comienzo de la ruta, comenzaron los senderos. De vez en cuando se abría algún claro, pero algunos metros más adelante se volvía a cerrar la vegetación.

Una imagen de la ruta BTT recorrido por los cinco bikers. / J. E. G.
Desde esa zona la mayoría del recorrido lo constituyeron senderos estrechos, en algunos pequeños tramos, los menos, fueron caminos en los que había marcadas un par de roderas, y eso sí, casi todos estaban flanqueados por jaras y más jaras en flor, si bien también pudimos ver lavanda, tomillo, muchos carrascos y encinas, muchas encinas.
Tratar de describir todo el recorrido que hicimos por estos senderos es imposible porque el track es un auténtico galimatías con innumerables cambios de dirección e imposible de seguir sin GPS. El recorrido va, vuelve, sube, baja, hace giros de ciento ochenta grados, tiene curvas abiertas, revueltas cerradas, sale, muy de vez en cuando, a algún claro con un camino más ancho por el que se agradece rodar, pero enseguida se vuelve al monte para seguir por otros senderos, y así durante kilómetros y kilómetros. Es preciso ir muy atento siempre para recorrer los caminitos sin problemas.
Fueron muchas las ocasiones en las que en las pantallas de nuestros GPS veíamos tres o cuatro líneas: la que marcaba por dónde estábamos yendo, la que señalaba por dónde habíamos pasado antes, y una o dos más indicando parte del recorrido que teníamos que hacer. Es decir, que había tramos en los que en una extensión de cien metros de ancho había tres o cuatro senderos por los que habíamos pasado, estábamos pasando o íbamos a pasar.
Como una imagen vale por mil palabras y ya hemos explicado que es imposible relatar la etapa, lo mejor que se nos ocurre es poner una selección de las fotos que hicimos para que cualquiera pueda hacerse una idea más exacta de la experiencia, si bien hay que vivirla para disfrutarla. Comentar que de las zonas más complicadas no hay fotos porque en esos tramos no conviene soltar una mano para poder hacerlas.

Entre jaras, uno de los tramos de esta ruta. / J. E. G.
Faltando unos cuatro kilómetros para terminar la ruta comenzamos a rodar por una zona con un camino más ancho y con menos vegetación. Poco después volvimos a atravesar una pequeña zona de bosque, y de nuevo salimos a un camino mejor. Cruzamos de nuevo la carretera que va a Santa Cristina, pasamos de nuevo otra zona boscosa que, al terminar, nos puso en una recta con un descenso que agradecimos.
La bajada nos llevó hasta Mózar. Al entrar en el pueblo continuamos recto, si bien a la altura de la iglesia nos desviamos ligeramente del track para verla. Esta es románica (siglo XIII), aunque de esa época ya no queda nada, solo una lápida de consagración de ese mismo siglo.
Tras dar una vuelta al templo volvimos al track, que nos llevó hasta la salida del pueblo, donde nos desviamos a la derecha para continuar por una zona de asfalto que se unió, poco más adelante, a la carretera. Nada más entrar en esta giramos a la izquierda para cruzar, de nuevo, el puente sobre el Tera. Después de cruzar el río nos desviamos a la izquierda para regresar a la zona donde teníamos aparcados los coches, poniendo así punto, pero no final, a este rutón". Así concluye el relato de José Eladio González sobre este itinerario.
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