El sonido de las carracas abre paso a la fe en Benavente

Martes Santo en Benavente es el martes de las tinieblas, del sonido de las carracas, de los hachones portados por las Damas de la Luz y la Soledad. Y es la jornada en la que tiene lugar la primera venia de esta Semana Santa.

VÍDEO | Revive la Procesión de las Tinieblas de Benavente

David Tesfamical de las Heras

El ambiente en Benavente empezaba a cargarse de solemnidad desde las ocho y media de la tarde. Los cofrades de la Santa Vera Cruz, el Santo Entierro y las Damas de la Luz y la Soledad fueron llegando poco a poco a la Ermita de la Soledad, donde tendría lugar un acto religioso pasadas las nueve de la noche, a cargo del capellán de la cofradía. Numerosos fieles y también algunos curiosos se fueron congregando lo más cerca posible de la Ermita de la Soledad deseosos de ver salir los pasos que en la noche del Martes Santo se han trasladado a las iglesias de San Juan del Mercado y Santa María la Mayor, donde esperarán hasta las procesiones del Jueves y Viernes Santo.

El Martes Santo en Benavente tiene su propio carácter. Es la noche de tinieblas, casi mística, donde el sonido seco de las carracas, de la mano de las nuevas generaciones de cofrades, marca el paso lento de la procesión por las cuestas de Santa Cruz y La Encomienda. La brisa helada de la noche hacía más dura la espera para los primeros asistentes, pero pronto, las aceras se fueron llenando de vecinos y visitantes, atraídos por la fuerza espiritual del momento.

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Uno de los párrocos grabando a La Soledad a su salida de la ermita. / Eva Ponte

Abría el desfile la elegancia de la imagen de la Verónica, seguida por Jesús con la Cruz a Cuestas y el Cristo Yacente, que en su silencio eterno, invitaba al recogimiento.

Las imágenes marianas de la Soledad y la Virgen de las Angustias cerraban la comitiva, escoltadas por las Damas de la Luz y la Soledad ataviadas con sus trajes negros y sosteniendo hachones. Autoridades locales y eclesiásticas, junto con la mayordoma mayor de las Damas, los alcaldes caballeros de las cofradías y representantes de la Junta Pro Semana Santa, acompañaron la procesión.

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Las carracas preparadas para la procesión, en la Ermita de la Soledad. / Eva Ponte

El momento más simbólico se vivió en la Plaza Mayor, cuando la Virgen de la Soledad se detuvo frente a Jesús con la Cruz a Cuestas para rendirle la venia. A las esperadas venias le siguió una pieza interpretada por Banda Maestro Lupi que puso música al desfile junto a una banda de cornetas y tambores.

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Jesús con la Cruz a Cuestas en la zona de la ermita. / E. P.

Tras ese emotivo encuentro, los pasos tomaron caminos distintos: Jesús con la Cruz a Cuestas y la Virgen de la Soledad se dirigieron a la iglesia de San Juan, mientras que el resto marchó hacia Santa María, para entrar en esta ocasión por la puerta norte de este templo.

El Yacente a su paso por San Juan, para entrar en Plaza Mayor.

El Yacente a su paso por San Juan, para entrar en Plaza Mayor. / E. P.

La Virgen de las Angustias, en la Plaza Mayor.

La Virgen de las Angustias, en la Plaza Mayor. / E. P.

Además, la Cofradía del Silencio celebró su segundo día del triduo al Cristo de la Salud, en la iglesia del Carmen. Esta tarde, tercer día de triduo que dará paso al juramento del silencio y procesión.

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