Cine mudo como el de hace un siglo en Benavente

La proyección de cine clásico al que Cine Club Fetiche hace hueco en sus ciclos anuales ha recobrado la esencia y el atávico esplendor del cine mudo con el pase de Siete Ocasiones, de Buster Keaton. El punto de sal lo puso la música en vivo del pianista Adrián Begoña y del contrabajista Paolo Furio.

La comedia de la Metro que Keaton dirigió hace justamente un siglo estuvo precedida de un cortometraje de 12 minutos: La casa eléctrica, de 1922, también escrita y dirigida por el mítico actor. Fetiche congregó a 100 espectadores en una de las salas de Multicines Benavente.

Tras el corto y casi sin solución de continuidad, Siete Ocasiones impregnó del nostálgico brillo del cine de los años veinte una sala del siglo XXI merced a la música del dúo afincado en Madrid. La historia del agente de bolsa Jimmy Shannon, al que asedia la bancarrota y al que un abogado le da a conocer la herencia de siete millones de dólares que le ha dejado su abuelo con la condición de casarse antes de las siete de la tarde de su 27 cumpleaños, aportó al imaginario del público la magia de viajar en el tiempo durante 56 minutos a un cine cualquiera de 1925. Esa era la intención de la propuesta.