Sucesos en Zamora

La okupación de nunca acabar en una casa de Benavente: Un tercer grupo de personas "toma" la vivienda ilegalmente

Entran a través de una ventana después de que los anteriores ocupantes se fueran

El vecindario vive con inquietud la situación y teme por su seguridad

El número 49 de la calle La Zarza, en el barrio San Isidro.

El número 49 de la calle La Zarza, en el barrio San Isidro. / J. A. G.

Benavente

Al menos tres personas ocuparon la noche del martes una vivienda en la calle La Zarza, en el barrio San Isidro, después de que los anteriores ocupantes la abandonaran, aparentemente de forma voluntaria.

En el número 49 de la calle La Zarza, una casa baja cuyos propietarios residen en Galicia y llevan casi dos años pleiteando para recuperar su propiedad, llueve sobre mojado. Parece la ocupación de nunca acabar. El nuevo grupo que ha tomado la vivienda es el tercero en casi dos años.

Los anteriores ocupantes, una pareja condenada a cinco y diez años de prisión por tentativa de homicidio, no pudieron ser desalojados judicialmente y la propiedad ha emprendido acciones legales en la vía civil.

De 500 a 200 euros por irse

Sin embargo, estos últimos ocupantes se han ido. Primero ofrecieron a la propiedad devolver la llave que tenían los primeros ocupantes ilegales a cambio de 500 euros. Poco después rebajaron la petición de dinero a 200 euros. Al final se fueron y retiraron el cableado eléctrico ilegal que habían conectado para tener luz.

El regreso a la aparente normalidad ha durado poco tiempo. El vecindario vio al menos a tres personas durante la tarde del martes. Una de las ventanas de la vivienda estaba abierta y dentro había velas encendidas. Algunos vecinos no durmieron por la noche debido a la preocupación, según relataron a este periódico. En estos dos años ha habido robos en alguna vivienda, denuncias y llamadas a la Guardia Civil.

Los propietarios fueron avisados de lo que había pasado y algunos vecinos llamaron a la Policía Local alertando de la nueva ocupación. Más tarde los dueños de la casa también contactaron con la Policía Local. "Nos dijeron que habían pasado por allí y no habían detectado nada raro", explicó el hijo de la propietaria.

Ayer al mediodía este periódico comprobó que había una ventana corredera abierta. Deslizándola es fácil entrar o salir. En el vecindario la inquietud lleva siendo una constante desde que se produjo la primera ocupación. Entonces era una pareja con niños.

Algunos vecinos temen que por la manipulación del cableado para dar electricidad a la casa, por tener velas encendidas o por otros motivos, se pueda producir un incendio en la zona cuyas consecuencias podrían resultar impredecibles.

De momento, los propietarios mantienen una demanda por precario en los juzgados benaventanos. Buscan con este procedimiento agilizar la recuperación de la vivienda y que no se vuelvan a producir más ocupaciones.

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