Tribunales
Visto para sentencia el caso del perro que apareció muerto de un tiro en una fosa de vacas locas de un pueblo de Zamora
El fiscal pide diez meses de cárcel para su propietario por un presunto delito de maltrato animal y la defensa la libre absolución por falta de pruebas

Agentes del Seprona, división de la Guardia Civil que investigó el caso. | J. A. G.
J. A. G.
El Juzgado de lo Penal ha dejado visto para sentencia tras cinco años de instrucción el caso del perro muerto de un disparo de escopeta y arrojado a una fosa de animales en San Cristóbal de Entreviñas.
La Fiscalía pide diez meses de prisión para el dueño del animal, al que atribuye un delito de maltrato de los animales y considera responsable de lo sucedido. La defensa del encausado, que siempre negó ser autor de la muerte del animal, ha pedido la libre absolución.
En unos días se cumplen cinco años de este incidente, el tiempo que ha llevado la instrucción de un procedimiento que ha pasado por varias vicisitudes y que para la defensa sitúa en el marco de una dilación indebida.
El perro apareció muerto en una fosa de animales construida en San Cristóbal durante la crisis de las vacas locas. A la fosa se arrojaba el ganado muerto y los restos de las matanzas, y allí apareció el can, en un saco y con un disparo de escopeta en un costado, según las diligencias instruidas por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil.
El dueño del perro siempre mantuvo que estaba de caza cuando el animal se escapó. Llegó a comunicar a un veterinario la desaparición, que dejó de ser tal cuando la Guardia Civil comprobó que el animal había sido arrojado a esta fosa. El animal, al que se le practicó una necropsia, portaba un chip identificador y los agentes dieron así con el dueño.
El perro murió del disparo de una escopeta del calibre 12
El atestado policial ingresó en el Juzgado de Instrucción número 1 de Benavente, que imputó al Ayuntamiento de San Cristóbal por un presunto delito contra los recursos naturales debido a la ilegalidad de la fosa animal.
Inicialmente llegó a investigarse si la fosa podía producir lixiviados que se filtrarán y acabaran contaminando los acuíferos de la zona. Finalmente esta investigación quedó archivada y el Ayuntamiento fue desimputado.
En el caso intervino la Asociación de Defensa Animal de Zamora y la fosa fue clausurada y extraídos todos los restos de animales, que fueron retirados por una empresa.
Las diligencias se centraron en la autoría de la muerte del can y de la presunta responsabilidad de su dueño en la comisión de un delito de maltrato animal. La Fiscalía ha mantenido la acusación la pena de diez meses de prisión en base a la investigación del Seprona, frente al argumento de presunción de inocencia mantenido por la defensa. El perro murió del disparo de una escopeta del calibre 12 de las que hay hasta 40 en la localidad, mantuvo en el juicio. La zona es además coto de caza menor del término municipal. Nadie vio al dueño del perro ni entrar ni salir de la fosa y había comunicado días antes del hallazgo su preocupación por la desaparición de su perro a un veterinario, lo que a juicio de la defensa, para la no hay pruebas de lo contrario, avala la petición de la libre absolución.
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