Tribunales

El seguro y los dueños de un perro que mató a otro perro en Benavente tendrán que pagar 3.000 euros por daños morales

El magistrado tiene en cuenta el quebranto psicológico sufrido por la propietaria del can fallecido tras un tiempo de agonía pero reduce en 1.000 euros la indemnización inicial

Mascotas en una marcha canina organizada por una protectora en Benavente.

Mascotas en una marcha canina organizada por una protectora en Benavente. / J. A. G.

La compañía de seguros y los dueños de un perro que atacó y mató a otro tendrán que indemnizar con 3.000 euros a la propietaria de la mascota fallecida por los daños morales sufridos por la mujer y por su familia.

La Audiencia de Zamora ha fijado esta cantidad estimando parcialmente el recurso de la aseguradora de los dueños del perro atacante rebajando en 1.000 euros la indemnización, que el Juzgado número 2 de Benavente estableció en 4.000 euros.

La aseguradora y los propietarios del perro atacante recurrieron la resolución alegando que no se había reclamado el daño moral para la unidad familiar sino solo para la mujer propietario de la mascota fallecida; que no se había acreditado el daño moral, ni se aportó documento que determinase el padecimiento psicológico, y sostuvo que los testigos de parte no fueron imparciales.

Alegaron además que el animal era regalado, que ya se había indemnizado su valor por 300 euros, incluido el daño moral, y que la mascota tenía una edad avanzada y su muerte natural era esperable a corto plazo.

Los magistrados entienden que el tipo de ataque inopinado, súbito, por parte del otro perro, la consecuencia final de muerte tras un periodo de días de agonía, la cría del perro fallecido desde sus primeros meses, el buen cuidado y trato que le dieron, formando parte de la familia, tanto en la convivencia como en el ocio, según las fotografías aportadas, son perfectamente ilustrativas de su plena convivencia en el hogar y fuera de él.

En las diferentes etapas de la familia, los niños han crecido con la mascota, cómo no va a afectar a la demandante el sufrimiento de sus hijos menores por la pérdida del animal y la edad del mismo, agregan justificando la sentencia inicial.

Sucede, concluyen, que la mascota se encontraba en la segunda mitad de su ciclo vital, contaba con 12 años, siendo que podría haber alcanzado los 20 años de no haberse producido su muerte violenta por lo que se estima ajustado, tras el ataque sorpresivo presenciado por su dueña por parte del otro perro y los días de agonía, fijar la indemnización en 3.000 euros.

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