Cultura

Una alegoría de la historia de San Cristóbal de Entreviñas, el nuevo mural del gimnasio de la localidad

Vasijas del yacimiento de Cañamonas y el vuelo de una avutarda, los motivos elegidos por el autor

El mural que decora una de las paredes del gimnasio de San Cristóbal de Entreviñas y del que es autor el pintor Álvaro Rodríguez.

El mural que decora una de las paredes del gimnasio de San Cristóbal de Entreviñas y del que es autor el pintor Álvaro Rodríguez. / J. A. G.

J. A. G.

Junto a la localidad de Castrogonzalo y de la mano de Parsec, San Cristóbal de Entreviñas preveía el pasado fin de semana acoger una concentración de pintores de murales en paredes de espacios públicos. La lluvia lo impidió y la cita tuvo que posponerse.

Sin embargo, a mediados de semana, uno de los pintores convocados, el madrileño Álvaro Rodríguez, residente en Chile, recaló por razones de agenda en la localidad y pidió permiso para realizar su trabajo.

Tomando como motivos de referencia los restos arqueológicos cerámicos hallados en el yacimiento local de Cañamonas (las excavaciones se realizaron en el año 1985 y depararon notables sorpresas por los materiales hallados) y la presencia de avutardas en esta parte de la comarca, el pintor madrileño quiso imprimir un carácter alegórico a su composición y a su trabajo final utilizando "fragmentos" de la historia del municipio, según hizo notar en la parte inferior derecha del mural una vez finalizado el trabajo.

De izquierda a derecha aparecen varias vasijas supuestamente procedentes del yacimiento arqueológico y que hoy por hoy pueden contemplarse en el Museo Provincial. Sobre ellas y remontando el vuelo hacia un cielo diurno tan solo roto por algunas nubes blancas aparece una avutarda con las alas desplegadas emergiendo con potencia hacia el claro azul estelar entre las vasijas y fragmentos cerámicos rotos y dispersos.

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