Campo

La prohibición de regar con los pozos alarma al Eria: «Nos quieren arruinar»

Más de 300 familias, indignadas por las multas de has 6.000 euros de la CHD por usar el único sistema de riego posible

J. A. G.

La prohibición del uso de los pozos para riego agrícola en la vega del Eria ha despertado una ola de preocupación entre los agricultores. El malestar va en aumento porque la guardería está fotografiando pozos y fincas y ya ha puesto multas de hasta 6.000 euros.

El problema, complejo, estriba en que en el Eria no existe otro sistema de riego alternativo, ni siquiera el propio río, del que no se puede extraer agua. Además, la gran mayoría de los pozos ni se registraron en su día ni se han legalizado y obtener un aprovechamiento «tarda años».

Los agricultores del Eria utilizan los pozos para riego agrícola desde hace más de un siglo. Lo han hecho sin restricciones y compartiendo el agua con las fincas vecinas si no tenían pozo. Ha sido así hasta el año pasado. Los pozos han pasado a considerarse parte de lo que los técnicos llaman cuaternario conectado, esto es, aguas superficiales, y solo pueden usarse los que son legales o se han legalizado desde 2005.

«Los pozos serán de quienes los hicieron, pero el agua es de todos», es el mensaje que lanza la guardería a los agricultores de la vega entre Alcubilla de Nogales y Morales de Rey advirtiendo de que pueden ser multados. Al menos cinco agricultores han tenido que afrontar sanciones de entre 4.000 y 6.000 euros, según han explicado a este periódico.

Construidos sin papeles ya a cinco metros de profundidad «como mucho», los pozos han pasado de padres a hijos durante generaciones. En el camino, si hubo registros, también se han perdido los documentos que ahora justificarían que están en regla o que los motores tienen los caballos legalmente permitidos. Así las cosas, la mayoría de estos pozos están al margen de la normativa y ya no caben nuevas concesiones, tan solo aprovechamientos limitados para los que la CHD tarda «hasta tres años en conceder la autorización».

"Pagamos una licencia para nada"

«Este pozo lo hizo mi bisabuelo cuando no existía la Confederación, qué papel va a haber», explica indignado un agricultor de Morales de Rey. «Hablan de la España vacía, pero nos quieren echar de la comarca. Nos quieren arruinar», agrega.

Hasta aproximadamente el año 2016, además de los pozos, los agricultores de la vega del Eria podían usar el agua del río hasta que acusaba el estiaje y se secaba. Todos los agricultores tuvieron que obtener un permiso en la CHD «que costó su dinero, pero cuando necesitábamos el agua el río estaba ya seco. Pagamos una licencia para nada. Yo tengo la mía en un cajón. Hace siete años prohibieron usar el agua del río y el guarda vigila y anota», refiere.

Ahora, con la prohibición de usar los pozos, salvo que se cuente con un permiso de aprovechamiento, porque nuevas concesiones ya no caben, simplemente no se puede regar so pena de sanción. «Si hay que poner un contador, pues bien, nadie se niega. Pero cómo. De qué tipo. Ni siquiera ellos parecen saberlo», se queja.

Un agricultor de Santa María de la Vega se lamenta de que la Confederación Hidrográfica del Duero «en lugar de dar soluciones nos da problemas». «Que nos den una solución para poder regar si no podemos usar los pozos porque una finca de regadío sin agua no es rentable ni regalada», explica.

"Angustia generalizada"

«Yo he hecho una inversión importante para poder quedarme en el pueblo. Pero de esta forma nos echan. ¿Esto es lo que quieren, vaciar esta tierra, que las fincas estén abandonadas y que no quede nadie en los pueblos?», se pregunta. Como otros profesionales del campo en la zona, acaba de pedir un préstamo para comprar un tractor que le permita rentabilizar su explotación, pero sin agua, la inversión realizada puede haberse convertido en un serio lastre al no poder regar lo sembrado.

Los ayuntamientos de la zona estiman que hay al menos 300 familias de agricultores profesionales afectadas. «Hay una angustia generalizada», reconoce un representante municipal

«Cómo es posible que impidan regar con los pozos que se construyeron hace un siglo o cincuenta años de la noche a la mañana mientras empresas como Iberdrola vacían el embalse de Ricobayo y hacen y deshacen cuando les viene en gana sin ni siquiera pagar impuestos aquí. Esto lleva a la ruina», se pregunta un vecino de Vecilla de la Polvorosoa.

Un grupo de alcaldes se reunió recientemente con la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Duero en Valladolid. La trasladaron la preocupación cada vez mayor que existe en los municipios y la necesidad de hallar una solución.

La pidieron que tuviese en cuenta que todos los ayuntamientos de la zona están impulsando una comunidad de regantes para solicitar la construcción de un sistema modernizado de riego que almacenaría en invierno agua del Eria en una balsa en San Esteban de Nogales para regar las 2.000 hectáreas de la vega en la primavera y el verano.

Este proyecto, que sería la alternativa más viable para la zona y ya está en marcha con la redacción, la constitución de la comunidad y otros pasos administrativos, puede tardar, sin embargo, entre cuatro y cinco años. Si no hay agua hasta entonces «la vega se morirá».

«Todo ha sido por la tremenda. De la noche a la mañana. Podían haber avisado y no habríamos sembrado. Ahora la gente está que no duerme pensando en si pueden ser denunciados o si van a librar este año. No somos delincuentes. Lo único que hacemos es trabajar».

No regar significa que tierras de regadío «muy buenas» pasarían a ser de secano por la prohibición de uso del agua de estos pozos. «La gente se está arriesgando porque tiene que comer y esto se ha hecho siempre», razona otro agricultor afectado.

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