420.000 euros para acabar con las humedades de la Villa Romana de Camarzana y su restauración

La Junta opta por trabajos de consolidación de la escultura del Santiago de Santa Marta "in situ"

La villa romana afectada por las últimas inundaciones de agua.

La villa romana afectada por las últimas inundaciones de agua. / J. A. G.

La Consejería de Cultura, Turismo y Deporte tiene prevista una inversión total de 420.000 euros para acabar con los problemas de acumulación de agua y humedades, así como para la restauración de los mosaicos y la reparación de los daños detectados, en la Villa Romana de Camarzana de Tera, en la provincia de Zamora. Es uno de los anuncios explicados hoy por el consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, durante su comparecencia en la Comisión de Cultura, Turismo y Deporte en las Cortes de Castilla y León. La comparecencia, que solicitó él mismo, sirvió para dar a conocer también las actuaciones previstas para la conservación de la imagen del Santiago Peregrino de Santa Marta de Tera.

Santonja señaló que en los últimos meses se ha estado investigando en la Villa Romana por dónde entraba el agua al yacimiento "durante las inundaciones torrenciales, así como la causa”. Los estudios realizados le llevan a concluir que la presencia de humedad en el yacimiento “puede estar generada por su acceso desde el subsuelo, por la falta de efectividad de la envolvente y por el mal estado de la red de saneamiento del municipio”.

Intervenciones de urgencia

Se han realizado ya intervenciones "de urgencia" como el cegado del colector antiguo de saneamiento, "causante de las filtraciones más importantes”. En estas actuaciones se han invertido 5.566 euros, y se plantean otras inmediatas como la limpieza y control del crecimiento biológico de plantas y algas como “medida cautelar”, trabajo que llevará a cabo una empresa especialista en restauración de Bienes Culturales que costará 13.000 euros.

Pero además, se plantean otras intervenciones como el drenaje para dar salida a las aguas colgadas de la zona norte, el saneamiento y la renovación de la cubierta y de las edificaciones medianeras para solucionar las filtraciones de agua, y la mejora de la acera en el encuentro con el edificio mediante el levantamiento del pavimento y de la solera más próxima al muro exterior del yacimiento, con una inversión de 230.000 euros entre proyecto y obras.

Mientras que otros 60.000 euros también están destinados para la reforma del colector de saneamiento próximo al yacimiento. En este sentido, el consejero incidió en que es necesaria la "implicación del ayuntamiento para la realización de esta obra”. También está prevista la inversión de 48.000 euros para “corregir las entradas de agua y restaurar los mosaicos de toda la villa”, así como para “reparar los daños detectados y recuperar la imagen”.

Otras actuaciones serán los trabajos de conservación a cargo de una empresa especializada en restauración de bienes culturales, con una inversión de 3.600 euros anuales, y las labores de comprobación de la eficacia de la intervención llevada a cabo. "Hay que comprobar la capacidad de evaporación ‘natural’ a través de la monitorización higrotérmica y la instalación de sensores de temperatura y humedad de registro continuo en el espacio y sobre el pavimento".

El Santiago de Santa Marta de Tera

Santonja puso sobre la mesa también los informes técnicos realizados sobre el estado de conservación de la escultura del Santiago de Santa Marta de Tera, así como los posibles riesgos de su traslado al interior del templo, que es el planteamiento inicial previsto. Las actuaciones planteadas se extienden también a las dos esculturas colocadas a la intemperie en las portadas norte y sur de la iglesia, que crean una unidad conceptual, cultural y artística.

Santonja ha propuesto actuaciones de conservación in situ, modificación de las condiciones de exposición, la adopción de medidas de seguirdad mediante la instalación de cámaras de vigilancia pasiva y el cumplimiento de un programa de conservación preventiva. Y aseguró que las fisuras y daños de las esculturas “no han sufrido una progresión alarmante en los últimos noventa años, lo que no significa que no presenten daños importantes.