Seis agentes de la Guardia Civil se turnan las 24 horas del día para mantener un dispositivo de vigilancia permanente en el domicilio de una víctima de violencia de género después de que su expareja la amenazara de muerte y ella presentase denuncia.
En aplicación del protocolo policial que rige desde 2016, la Guardia Civil determinó la concurrencia de los requisitos para establecer el nivel de riesgo extremo ante la posibilidad cierta de que pudiera producirse una agresión a la víctima.
El hombre, vecino de Benavente y de unos 30 años de edad, pasó durante el fin de semana a disposición judicial tras la denuncia de la mujer, a la que él también habría acusado de amenazas.
Orden de alejamiento
La juez decretó su puesta en libertad, pero dictó orden de alejamiento de la mujer mientras la Guardia Civil ponía en marcha el dispositivo de vigilancia permanente. Una discusión de la pareja en el domicilio de la mujer había motivado la intervención de la Guardia Civil y de la Policía Local. Más tarde ella presentó denuncia formal.
Los antecedentes del hombre, protagonista de diversos episodios de violencia de género y entre ellos algunos con otra víctima; el hecho de que siga vigente también una orden alejamiento de sus padres; de que tenga también antecedente por otros hechos delictivos, así como la reiteración de discusiones de la pareja en un corto periodo de tiempo con intervenciones policiales; llevó a la Guardia Civil a establecer el nivel máximo de riesgo del protocolo de Violencia de Género.
Además de la vigilancia permanente de la víctima, la Guardia Civil realiza un control intensivo del agresor, que incluiría el control de los hijos de la pareja (circunstancia que concurre también en este caso) a la entrada y salida del centro docente.
El operativo de vigilancia permanente tiene que revisarse antes de 72 horas para determinar si sigue concurriendo las circunstancias de amenaza inminente o estas han cesado.
