La escolarización de cuatro niños ucranianos ha evitado el cierre de la escuela de Santa María de la Vega, que al finalizar el pasado curso solo contaba ya con dos alumnos y necesitaba al menos uno más para poder seguir abierta.

Los mellizos de seis años Dymitro y Vika, y los hermanos de seis y once años, Mylana y Misha, han sido decisivos para que la localidad siga contando con esta aula, y tanto o más decisivo ha sido el empeño de la alcaldesa, María Josefa Fuente, en lograr que la escuela siguiera abierta.

Un matrimonio de Ferreras de Arriba que había acogido en Madrid a dos mujeres ucranianas con sus hijos le hizo valorar la posibilidad de ofrecer una vivienda a ambas familias.

Los pequeños con la directora y la tutora del aula, Raquel y Desiree, a las puertas de la escuela. | J. A. G.

La planta superior del Ayuntamiento había sido reformada con el Plan Rehabilita de la Junta cumpliendo todos los requisitos de eficiencia energética. En julio, la alcaldesa logró convencer a las dos mujeres ucranianas para instalarse en Santa María de la Vega.

La planta reformada, en la que se han invertido casi 50.000 euros, permitió convertir el espacio anterior (cuatro dormitorios, un salón y una cocina) en tres dormitorios y un salón comedor, que ahora comparten las dos familias ucranianas.

Carteles para los objetos

Las madres “podrían estar trabajando ya si supieran español” explica la alcaldesa, que subraya que el pueblo se ha volcado aportando muebles, enseres y hasta mantas. El Ayuntamiento se ha hecho cargo de comprar el resto de mobiliario.

A media mañana, los cuatro niños ucranianos y Jorge, un pequeño de la localidad de 10 años, jugaban en el aula. En las paredes, en los objetos, había colocados carteles con los nombres de las cosas.

Los niños ucranianos jugando en el aula. J. A. G.

Prácticamente hasta unos días antes, tanto Raquel (la directora de aulas de infantil de la zona), como Desiree, la tutora y profesora de los cinco niños, no sabían si el aula finalmente se abriría. La Dirección Provincial de Educación dio el visto bueno hace apenas dos días. En teoría, los cinco alumnos (la alcaldesa confía en que haya un sexto alumno a partir del lunes), garantizarían el mantenimiento del aula durante al menos dos cursos.

Los pequeños ucranianos hablan su idioma entre ellos, “pero saludan y reconocen palabras en español”, explican las dos profesoras.

Un pueblo sin escuela es un pueblo sin vida, y yo quiero balones y bicicletas por las calles de Santa María”, explica María Josefa Fuente.

La alcaldesa acudió a primera hora de la mañana al pequeño colegio para acompañar a los pequeños y a las madres. “Tenían cara de felicidad y aunque ha costado esfuerzo ver sus rostros me ha reconfortado”, asegura.

Arranca el curso con una ligera caída de matrícula en Infantil

El curso académico arrancó ayer con normalidad en los cinco colegios públicos de Benavente y también en los dos centros concertados. La matrícula ha variado ligeramente a la baja con relación al curso pasado, y este descenso se localiza en Infantil. Primaria se mantiene más o menos estable en número de alumnos, que en conjunto se aproximan a los 2.000 escolares. Aunque las cifras completas no han trascendido en todos los casos, en los colegios públicos, pierden matrícula en infantil en Buenos Aires, Fernando II y Los Salados. El Pinar sigue siendo el centro docente público con más matrícula con 60 alumnos de Infantil y 206 de Primaria, las mismas cifras que el curso pasado. Las Eras ha iniciado el curso con 40 alumnos de Infantil y 110 de Primaria. No han trascendido los datos exactos de los concertados que, no obstante, habrían descendido ligeramente en Infantil manteniéndose en Primaria, según fuentes oficiales.