La Opinión de Zamora

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Una vecina de Santibáñez de Tera recauda 460 euros para la Sierra de la Culebra

La mujer ha donado todo lo que ha conseguido vendiendo tiestos decorados artesanalmente

María Teresa, con una de sus creaciones. | C. G. R.

María Teresa Gallego, vecina de Santibáñez de Tera y muy aficionada a las manualidades y todo lo relacionado con la manufactura de todo tipo de productos, ha conseguido reunir 460 euros para la plataforma La Culebra No Se Calla mediante la venta de tiestos con piedras pintadas y decoradas a mano y con muchas horas de trabajo. “No vendo nada, no pretendo lucrarme, mi único objetivo es solidario”, comentaba María Teresa.

Esta artesana ha querido aportar su granito de arena para paliar las consecuencias del desastre sufrido por la provincia de Zamora durante este verano. “Me gustan las manualidades, es mi hobby y decidí hacer estos tiestos y entregarlos a cambio de un pequeño donativo”, explica.

Los principales ingredientes de este proyecto no han sido otros que la ilusión, el trabajo y las ganas de colaborar en la medida de lo posible con un patrimonio natural tan importante como la Sierra de la Culebra y que ahora atraviesa la peor época de su larga historia.

Los tiestos, afirmaba la creadora, “fueron insuficientes y se agotaron en un par de horas”, ante el gran interés mostrado por vecinos, y no solo de Santibáñez de Tera, sino de toda una comarca volcada con el drama de uno de los peores desastres naturales de la historia de la provincia.

En total, fueron veintidós las personas que han colaborado con esta iniciativa. “Ha habido personas que han comprado uno, otras que han comprado tres y otras que han comprado hasta seis tiestos”, comentaba María Teresa.

Lamentaba, no obstante, que no hayan sido suficientes para toda la gente que ha querido ser partícipe de esta iniciativa. “Intenté repartir entre los que me pidieron al principio, y al resto le tuve que decir que no tenía más y que me lleva muchísimo tiempo pintar los diferentes modelos que utilizo”, explicaba.

“Cuando lancé el proyecto no sabía la acogida que iba a tener, pero ni en mis mejores sueños imaginé que fueran a acabarse en cuestión de horas”, confesaba María Teresa, orgullosa de la respuesta de la gente al proyecto.

El precio de los tiestos variaba en función de su tamaño, siendo diez euros el tiesto pequeño, quince el mediano y veinte el grande. Todos ellos estaban decorados de forma similar, con varias piedras pintadas emulando unos cactus.

La creadora de este proyecto ha manifestado sentirse “infinitamente agradecida y muy orgullosa por el dinero recaudado” y ha querido extender esa gratitud para con las personas que han colaborado. “Seguro que ese dinero sirve para cosas buenas y ayuda un poco a Zamora”, celebraba María Teresa.

La iniciativa de esta artesana de Santibáñez de Tera ha demostrado, una vez más, que cuando se trata de defender y ayudar con lo propio, el pueblo zamorano responde siempre con el máximo pundonor y el orgullo de saber que se está colaborando en una labor tan noble y tan honrosa.

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