Qué mejor manera de cerrar un fin de semana inolvidable para los vecinos de Santibáñez de Tera que volviendo a celebrar, después de tres años, el tradicional desfile de carrozas, acompañado de un concurso de disfraces. Las calles del pueblo se engalanaron para acoger una cabalgata llena de color, para goce de decenas de espectadores y, por supuesto, para todos y cada uno de los participantes y creadores de tan originales escenarios móviles.
Un tractor, un remolque, unas pinceladas de decoración, originalidad y muchas ganas de disfrutar y hacer disfrutar fueron los ingredientes de esta gran actuación colectiva que tuvo lugar durante la tarde de ayer por las calles de Santibáñez de Tera y que ponía punto final a las fiestas patronales en honor a San Tirso. Esta festividad no había podido celebrarse desde el pasado 2019 , como consecuencia de la situación de pandemia, que paralizó todas las celebraciones y no hizo sino acrecentar las ganas y las ansias con cada verano que pasaba sin fiestas.
Los vecinos del pueblo se enfundaron en sus mejores y más originales y divertidas vestimentas para brindar a los asistentes su arte y la máxima diversión posible en la última jornada de los festejos.
La colorida comitiva recorrió las calles del pueblo llenándolas de música y color con cerca de una decena de plataformas rodantes con un denominador común: la ilusión y las ganas de que prolongar lo máximo posible este fin de semana.
La originalidad y lo atractivo del evento llevó a acudir a Santibáñez de Tera a vecinos de las localidades aledañas, que disfrutaron de un espectáculo en directo que hizo las delicias de todos los asistentes.
El buen tiempo que reinó en el Valle del Tera durante toda la tarde generó un ambiente perfecto para la celebración de un evento de estas características, tanto para los participantes como para las decenas de espectadores que quisieron acercarse a disfrutar del espectáculo.
Tras el desfile, se celebró el concurso de disfraces para valorar individual y colectivamente la originalidad, la actuación y la puesta en escena. Este año hubo disfraces de todo tipo, como unos coches de choque que decidieron salirse de la clásica pista, presente en tantas fiestas a lo largo y ancho de la comarca, y dar una vuelta por todo el pueblo.
Tras el desfile y el concurso de disfraces para reponer fuerzas, tuvo lugar la quinta edición de la cena popular para todos los vecinos del pueblo, en la que se sirvió arroz y todos los asistentes gozaron del agrio sabor de despedir las fiestas, pero el dulzor de hacerlo todos juntos pasando un rato agradable con una buena cena y un mejor ambiente.
Santibáñez de Tera cierra así cuatro días de celebraciones en los que ha habido cabida para una amplia diversidad de actividades para todos los públicos y que han hecho volver a sentir a los vecinos del pueblo el cosquilleo de enfundarse en los uniformes de las peñas o los disfraces del desfile y salir a la calle con el único objetivo de pasarlo bien y vivir cada momento como si fuera una vida entera.