La Opinión de Zamora

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La sequía lleva a cortes y restricciones de agua en varios pueblos de la comarca de Benavente y Los Valles

Las zonas de baño ven cambiar su paisaje ante la escasez de recursos hídricos y algunos ayuntamientos proyectan ya sondeos de emergencia

Un hombre camina en las inmediaciones del embalse de Nuestra Señora del Agavanzal. | C. G. R.

La sequía lleva ya varios meses amenazando a varios pueblos de Benavente y la comarca de Los Valles que se han visto obligados a restringir el uso del agua de abastecimiento limitando su uso y prohibiendo en algunos casos tanto el llenado de piscinas como la utilización del agua para el riego.

Desde hace semanas son varios los pueblos que abastecen a sus vecinos gracias a las cubas de agua que la Diputación Provincial de Zamora lleva con carácter diario hasta estas poblaciones.

Uno de los pueblos que año tras año está afectado por la sequía es Junquera de Tera, del Ayuntamiento de Vega. En esta localidad ya en el mes de mayo la Alcaldía se vio obligada a emitir un bando municipal limitando el consumo de agua potable y prohibiendo su uso para el riego o el llenado de piscinas. A los habituales problemas de abastecimiento se suman en este y otros pueblos la llegada de un número masivo de personas que pasan semanas en el pueblo.

Bañistas en el río Tera, a la altura de Micereces. | E. P.

Durante varios días también en este pueblo se produjo la restricción del uso del agua de abastecimiento a unas horas. Esto ya se ha solucionado gracias a la colaboración de la administración provincial que con su aportación de agua al depósito de agua ha permitido que se recupere un caudal suficiente como para que la bomba que se encuentra en un nivel inferior a parte del pueblo tenga fuerza suficiente para abastecer de agua a todos los vecinos. “Estamos aún pendientes del sondeo nuevo. Este verano ya no vamos a contar con una solución, aunque era algo que habíamos previsto, estamos esperando que puedan venir a realizar el sondeo para hacer las obras necesarias para el nuevo abastecimiento”, señaló la alcaldesa, Tamara Fuentes.

También pueblos como Alcubilla de Nogales cuenta con restricciones para el uso del agua en el llenado de piscinas o el riego, aunque en este pueblo no ha sido necesario llevar agua extra por parte de la administración provincial.

Sondeos de emergencia se llevan a cabo en otros pueblos. Como en Uña de Quintana, otra de las localidades de Los Valles que se han visto afectadas por la sequía y que durante varios días han recibido las cisternas de la Diputación para garantizar el abastecimiento de agua a los vecinos.

Cunquilla de Vidriales, pedanía de Granucillo o Arrabalde son otras de las que han recibido apoyo de cisternas, que han dejado 24.000 y 12.000 litros de agua, respectivamente, en la última semana.

Zonas de baño

Otro de los elementos que se han visto afectados por la pertinaz sequía de esta temporada estival son las zonas de baño. Playas fluviales o piscinas naturales sin apenas agua y unos áridos terrenos dejan ahora una estampa desoladora, con cientos de vecinos viendo peligrar la posibilidad de darse unrefrescante chapuzón para hacer frente a las altas temperaturas en plena canícula.

“Zamora se seca”, es uno de las expresiones más escuchadas esta temporada estival en una provincia que ha atravesado la que, probablemente, sea la peor época de su historia, con incendios devastadores que han arrasado más de 65.000 hectáreas de bosque, y que han encontrado uno de sus mejores aliados en las condiciones meteorológicas.

Durante este verano, apenas ha llovido en la provincia y ello, sumado a las fuertes olas de calor que se han venido sucediendo semana tras semana, ha terminado por generar un ambiente tórrido, seco y para nada acorde con la zona de España en la que se enmarcan Benavente y Los Valles.

Por ello, muchos han sido los pueblos que durante estos meses han tenido que recurrir al abastecimiento externo, con camiones cisterna que aportaran el agua, de la que la sequía les ha privado.

Es el caso, por ejemplo, de Carracedo de Vidriales, pedanía del municipio de Ayoó de Vidriales, y que en la última semana ha recibido hasta 36.000 litros de tres cisternas. Su alcalde, David Martínez, lamenta que “se está notando mucho que desde hace tiempo no llueve”. Uno de los principales impedimentos para el abastecimiento de esta localidad es la distancia.

“Hay casi dos kilómetros entre el manantial y el pozo de bombeo y la poca agua que sale, se pierde casi toda en el camino por la acción del calor , no es que la tubería esté defectuosa”, añade.

Carracedo de Vidriales es, además, uno de los pueblos afectados año tras año por incendios forestales, lo que confiere a los efectos de la sequía una gravedad mayor. Gran parte del agua que abastece a toda la comarca se encuentra almacenada en el embalse de Nuestra Señora del Agavanzal, que cada verano ha sufrido vaciados, con las consecuencias que ello ha acarreado.

Actualmente, se encuentra a un 86 por ciento de su capacidad, es decir, unos 31 hectómetros cúbicos, mejorando notablemente el 72 por ciento de esta misma semana del año pasado. Ello no quita para que el nivel de agua embalsada se encuentre más de un 5 por ciento por debajo de la media de los últimos diez años.

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