Inclusión social, normalización, luchas internas, peleas por la igualdad de derechos, vidas rotas o lastradas por el olvido y la decrepitud. Son algunos de los principales temas tratados en los cuatro cortometrajes emitidos en la primera jornada del Festival Internacional de Cortometrajes Corterafest, cuya tercera edición tiene lugar en Camarzana de Tera.

El festival, según comentan desde la propia organización, “nació como un sueño de un pequeño, aunque maravilloso equipo, con el objetivo de acercar la cultura y el mundo del cine a la España Vaciada”.

La primera de las sesiones que tuvieron lugar durante la tarde de ayer estuvo centrada en la proyección de cuatro cortometrajes documentales. “Cuatro historias que nos harán detenernos en el tiempo y reflexionar”, explicaban desde la organización del festival.

Asistentes del festival durante la proyección de uno de los cortos. | C. G. R.

María José Rochina y Beatriz del Caz son las directoras del primero de los cortometrajes emitidos, que llevaba por título “Mi vida después del fuego”. Narra la historia de Jan y su vida más de veinte años después de sufrir graves quemaduras en el 90% de su cuerpo.

Según comentan las propias directoras, “se trata de una historia de normalidad y de inclusión social”. En sus 19 minutos de duración, Jan cuenta cómo fue el camino hasta reencontrarse consigo mismo y el periodo de adaptación hasta ubicarse con su nuevo rol en la sociedad.

El segundo corto que pudo verse en el salón de actos del Centro Cultural de Camarzana de Tera fue “Mi pequeño gran samurai”, dirigido por Arantza Ibarra. Esta proyección de 20 minutos de duración cuenta la lucha de Ekai Lersundi, un joven trans que se quitó la vida mientras luchaba contra la burocracia en torno a la asignación de terapia hormonal.

Se trata, en palabras de su directora, de una historia “contada para que la gente conozca más el tema de la transexualidad” y cómo este colectivo tiene que hacer frente a infinitos procesos para poder llegar a ser realmente quien se sientan que son.

“Donde mis manos te lleven” fue otro de los cortos proyectados en la primera sesión. Dirigido por Paloma García y con 15 minutos de duración, es un compendio de relatos en primera y tercera persona de vidas rotas bajo el aguijón de la misma palabra: el suicidio.

También se emitió el cortometraje dirigido por Álvaro Hernández Blanco, titulado “Aquí seguimos”.

En sus 16 minutos de duración, se cuenta la historia de Daria y Teresa, residentes en la Baja California y últimas hablantes del idioma indígena ku´ahl.

Se trata de una historia que bien podría ser aplicable a este país. La lucha incansable de los dialectos e idiomas regionales que poco a poco caen en el olvido.

La charla coloquio sobre las proyecciones vistas en la sesión dedicada a los cortometrajes documentales comenzó a partir de las 19:30, unas dos horas después del comienzo de las proyecciones.

Esta primera jornada de las dos que componen el festival terminó con otras cuatro proyecciones dedicadas a Castilla y León. Las obras elegidas para ser proyectadas fueron “Magia Negra”, “Ogro”, “La controversia de Valladolid” y “Domingo Tutoriales”.

Hoy sábado tendrá lugar, entre otras cosas, el taller sobre caracterización FX, por la mañana, y el taller de doblaje, por la tarde.