Guadalupe de la Iglesia, habitante de Santa Cristina de la Polvorosa, fue la protagonista durante la tarde del domingo en el pueblo que la vio nacer hace ya todo un siglo.

La ya centenaria vecina de la localidad fue homenajeada por familiares, amigos y miembros del consistorio para celebrar con ella su siglo de vida.

Mercedes Fidalgo, concejala de Cultura de la localidad, y nieta de la homenajeada, afirmaba que “más que emocionada, estaba feliz de la vida, estaba encantada”.

Durante el acto, al que también acudió el alcalde de la localidad, Salvador Domínguez, se entregó a la homenajeada una placa conmemorativa y un ramo de flores.

Su nieta, Mercedes Fidalgo, se mostraba especialmente feliz y orgullosa al manifestar que su abuela Guadalupe “no solo es que esté bien de cabeza, que lo está, es que está perfectamente de todo”.

Así pues, Santa Cristina de la Polvorosa se unió para rendir homenaje a una de sus vecinas más longevas y celebrar juntos todo un siglo de vida y trabajo dedicado al pueblo.

Si hay una palabra que defina esta clase de homenajes, es la emoción. La emoción que siente la protagonista del evento, de ver cómo toda su familia celebra su vida junto a ella y la emoción de los propios familiares y amigos, que demuestran que aunque pasen los años, siguen formando parte de un mismo círculo.

Guadalupe sopló las velas que formaban ese 100 sobre la tarta, y lo hizo con una esperanza compartida con todos sus familiares y amigos.

Ese anhelo no es otro que volver a soplar velas cada año durante mucho tiempo más, y ha demostrado encontrarse perfectamente para poder hacerlo.