Un vecino de Benavente la emprendió a golpes con un cajero automático del Banco Santander en la plaza de Santa María poco antes del amanecer del sábado.

Pasaban casi quince minutos de la seis de la mañana y los golpes alertaron a un vecino, que avisó a la Policía Local y facilitó una descripción del hombre.

La patrulla lo sorprendió aún delante del cajero, que estaba destrozado. El cristal de la pantalla del cajero estaba roto, así como los elementos de iluminación, que habían sido arrancados y arrojados al suelo.

“Lo rompí porque no me daba la propina”, respondió el autor, de 32 años de edad, a los agentes cuando estos le preguntaron porque la había emprendido con el cajero.

Se enfrenta ahora a un presunto delito por daños.