Hasta hace apenas seis meses 25 Años de Paz mantenía con dignidad el estatus de populoso barrio obrero con el que había nacido en la década de los sesenta del siglo pasado. La barriada había logrado, con excepciones, beneficiarse de las reformas del ARRU.

Luego comenzó la ocupación de viviendas y con ellas los problemas de convivencia. No hay semana que no tengan que intervenir patrullas de la Guardia Civil o de la Policía por incidentes que van desde quejas por el excesivo volumen de la música a altas horas de la noche o porque arrojan muebles desde las ventanas. La mayoría de los vecinos viven con preocupación está situación

“En mi portal no hay ninguna vivienda ocupada, pero el día que esto ocurra tendré que marcharme”, explica un vecino. Es uno más de los que viven con creciente preocupación los episodios de alteración de la convivencia que la ocupación de viviendas ha traído consigo. Son mayoría los que piensan así. Les resulta difícil conciliar el sueño por la noche o descansar a primera hora de la tarde antes de reanudar el trabajo.

La calle Santa Lucía acumula el mayor número de ocupaciones de viviendas de la barriada. | J. A. G.

Los sobresaltos por que alguien arroja los muebles a la calle desde la ventana, como ha llegado a ocurrir, o porque suben el volumen de la música a niveles insoportables a deshoras, son frecuentes.

También son habituales las visitas policiales por las quejas. No hay ninguna semana de cada mes sin que las patrullas tengan que acudir para intervenir por broncas y discusiones, por el exceso de decibelios u otros incidentes.

Otra imagen del barrio benaventano. J. A. G.

Aunque la ocupación de pisos afecta a todos los bloques, la calle Santa Lucía ha sido la más afectada, con hasta media docena de viviendas ocupadas. En esta calle, a las ocupaciones consumadas se suman intentos de puertas forzadas con palancas que no llegaron a consumarse, o enganches ilegales de luz a los contadores de otros vecinos con reprensiones a los técnicos si se atreven a neutralizar esos abusos.

25 Años de Paz sufrió en las últimas dos décadas el fenómeno del envejecimiento. Muchos de sus propietarios eran mayores. Los fallecimientos dejaron las viviendas vacías y puestas a la venta por los herederos. Algunas se han vendido, pero son las pocas.

Ha sido así durante años, hasta que se han sucedido las ocupaciones derribando puertas. Incluso hay pisos que han sido comunicados entre sí mediante butrones, según informaron distintos vecinos.

La Guardia Civil está al tanto de la situación. Ha habido denuncias por estas ocupaciones, e incluso acciones judiciales, pese a que la Fiscalía Provincial mantiene instrucciones específicas sobre este asunto. Solo si se sorprende a los ocupantes cabe el desalojo inmediato.

Esta situación ha abonado la picaresca en algunos casos. “Ya saben cómo actuar. Hacen fotos nada más entrar para justificar que el piso estaba vacío”, explica un residente.

De todas las viviendas ocupadas solo en un caso los propietarios lograron que la justicia ordenara el desalojo. Cuando se consumó, la vivienda estaba interiormente destrozada.

Esto ocurre desde hace seis meses. Antes no había en Benavente ni un solo caso de ocupación ilegal. Lo estamos viviendo con mucha preocupación porque es un abuso de derecho de personas que se están beneficiando del sistema"

El Ayuntamiento es perfecto conocedor de la situación. “Esto ocurre desde hace seis meses. Antes no había en Benavente ni un solo caso de ocupación ilegal. Lo estamos viviendo con mucha preocupación porque es un abuso de derecho de personas que se están beneficiando del sistema, y la propiedad es un derecho que no se puede vulnerar”, defiende el alcalde, Luciano Huerga.

Hoy por hoy, la ley limita las intervenciones de las fuerzas y cuerpos de seguridad a casos concretos. En estas viviendas vacías, salvo por avisos de los vecinos a los propietarios, estos se han enterado de las ocupaciones días o semanas después de producirse.

Por eso, las entradas en las viviendas no parecen casuales. Los vecinos y la Guardia Civil creen que las ocupaciones han funcionado una tras otra entre grupos de personas y familias conocidas entre sí por el “boca a boca”. Se trata de una peculiar corriente de información detrás de la que podría haber algún tipo de beneficio.

25 Años de Paz es el principal foco en la ciudad de estas prácticas, pero no es el único. Ha habido intentos en el barrio de Las Eras y en el barrio Las Catalanas, en la calle Alonso Briceño, la ocupación de un chalé está generando preocupación en el barrio.

Al margen de este hecho, la Guardia Civil investiga desde hace tiempo la desaparición de la propietaria. Entretanto los vecinos también están preocupados y temen que este incidente aislado deje de serlo.