El camino de Torrizales (de Castropepe) que comunica Benavente con Castrogonzalo y viceversa, se ha convertido en un vial revienta-neumáticos con los peligros que esto conlleva. Hace años que es así, y hace años, al menos seis, que el Ayuntamiento no ha cesado de pedirle a la Junta de Castilla y León cada cierto tiempo que repare el tramo más deteriorado.

Los industriales de la zona han tenido que hormigonar los baches para facilitar el tránsito rodado. | J. A. G.

Las peticiones de intervención han caído en saco roto y continúan haciéndolo, aunque el Gobierno local, que recuerda cada vez que puede que este camino rural es de titularidad regional y que fue la Junta quien lo asfaltó e invirtió en los trabajos al finalizar la primera década del milenio, está alarmado por la posibilidad de que pueda producirse un accidente grave.

Lo cierto es que un tramo amplio del trayecto, que cruza sobre el río Esla a través del puente de piedra (de titularidad estatal y motivo desde hace años de varias reparaciones por los descalces de varias pilastras) se encuentra en buen estado, pero tan cierto como esto es que entre la antigua depuradora local y el cruce con la carretera nacional N-525, hay numerosos baches que dificultan, no sin riesgos evidentes, la circulación rodada.

En este tramo hay empresas de construcción y de transporte, una fábrica de quesos y el complejo cooperativo de Agropal. El tránsito de vehículos pesados se suma al de vehículos agrícolas y al de coches, cuyos conductores eligen este trayecto entre ambas localidades para evitar la autovía. Sin mantenimiento, lo deteriorado hace años se sigue deteriorando a marchas forzadas y algunos baches presentan profundidades preocupantes.

El Ayuntamiento, que no deja de reiterar tampoco que no es competente en este tramo del término municipal debido a la titularidad del vial, está elaborando un listado de todos los siniestros denunciados en los últimos años.

Los reventones de ruedas parecen contarse por centenares. Con la relación oficializada, pedirá de nuevo a la Junta que actúe de acuerdo con su responsabilidad y dejará constancia de que si ocurre algo no será porque desconociera el alcance de los riesgos. “De momento solo ha habido daños materiales, pero no queremos pensar en que puede ocurrir si la situación continúa empeorando por inacción o si un motorista despistado entra de lleno en uno de estos baches”, explican fuentes del equipo de Gobierno.

La realidad resulta mucho más áspera para los industriales de la zona. Varios han confirmado el sinnúmero de reventones de ruedas y han explicado que en ocasiones han optado por hormigonar a su costa los baches para facilitar la circulación rodada. Su enfado es proporcional a su desaliento porque sus quejas distan mucho de haber sido escuchadas.

En 2008, a bombo y platillo, la Junta de Castilla y León anunció una potente inversión para asfaltar el camino entre Castrogonzalo y Benavente y otros viales rurales de la zona. Amparado en una suerte de convenio con la Diputación Provincial firmado un año antes con el concurso petitorio de las cooperativas locales, la actuación fue muy celebrada por el sector. Nutecal (hoy Agropal) acababa de despegar en Torrizales como cooperativa de segundo grado de TEO y Calporc, y necesitaba un corredor lo suficientemente transitable para que los agricultores accedieran con vehículos agrícolas y pesados evitando la nacional y la autovía.

La entonces consejera de Agricultura, Silvia Clemente, no tuvo problemas para destinar hasta 2013, unos 630.000 euros que afectaban a 22 kilómetros de caminos en el término, si bien, la parte del león se la llevó este trazado. Nueve años después, la Junta, según el Ayuntamiento, no parece dispuesta a asumir una reparación sin duda mucho menos costosa que aquella.