Daniel Casado es el grafitero que se ha hecho cargo de una nueva pintura mural en Benavente. El leonés de La Robla ha imprimido su arte sobre la fachada de la Casa Cultural del barrio San Isidro y que se presentó al concurso de “Street Art” promovido por el Ayuntamiento con el fin de imprimir arte en grandes murales degradados de la ciudad. A Daniel le gusta poner en valor los graffitis. “Los grafiteros nos hemos llevado muchas veces la cara por defender nuestro trabajo y hemos abierto la puerta a otros artistas que pintan murales pero que, yo creo, no hacen graffitis”, explica.

El graffiti de San Isidro ya finalizado. | E. P.

En Benavente su obra pretende ser un homenaje a cinco pintores (Goya, Velázquez, Zurbarán, Sorolla y Greco) que dan nombre a las calles anexas al edificio cultural.

“La temática era dar un reconocimiento a estos pintores. Yo he pensado en una obra que todo el mundo conoce, la capilla Sixtina y los dos dedos que se tocan. Y he representado una mano con el dedo señalando y un pincel enredándose con pintura”, explica el autor de La Robla.

En este gran mural ha utilizado sprays. “Es lo que suelo utilizar, quizás si tengo que hacer algún fondo utilizo pintura plástica pero aquí no ha sido necesario”.

El trabajo viene a subsanar la iniciativa puesta en marcha por el Ayuntamiento a través del concurso de graffitis y que quedó vacante para este muro. Ahora desde la Concejalía de Juventud se ha optado por realizar el contrato directo con el fin de poder llevar a cabo la actuación. También está pendiente la prevista en uno de los muros del acceso al edificio social de la calle Lagares.

Casado ha valorado positivamente esta iniciativa porque “no todo el mundo tiene una pared para pintar. La gente no te llama. Prácticamente los grafiteros empezamos en un 90% de los casos de un modo digamos ilegal. Pero después hay gente como que evoluciona y otra que sigue estancado en los graffitis ilegales”, señaló este artista que asegura le gusta evolucionar y “antes utilizaba grises pero ahora todo color”.

No es la primera vez que deja su impronta en Benavente. Ya estuvo en el concurso realizado en La Mota contra la violencia de género antes de la pandemia. Ha logrado varios premios.