Vergüenza, bochorno, crispación, son solo algunas de las palabras que podrían definir la sesión plenaria ordinaria celebrada ayer en Benavente. La primera sesión ordinaria que vuelve a la presencialidad y que, a pesar de no llevar asuntos de gran calado al debate, no logró frenar las ganas de los concejales de la oposición y el equipo de Gobierno de mostrar sus discrepancias y hacerlas públicas una vez más. Sí hay que reconocer los intentos del alcalde, Luciano Huerga, de buscar la sintonía en el debate. Connivencia que también buscó alguno de los concejales del Partido Popular en la oposición, Julia Pozo, pero que derivó en el bochorno con numerosos “¡Basta ya!” que lejos de ser atendidos consiguieron las réplicas de los ediles en la oposición.

La tensión se desató en el primer punto en el que se debatía lo que parecía un mero trámite, la modificación de la ordenanza cívica nada más que para adaptarla a la legislación actual, algo en lo que hizo hincapié el concejal del área de Medio Ambiente, Manuel Burón, edil de Izquierda Unida. La pregunta de la concejala socialista, Sandra Veleda, quien señaló que “en realidad ustedes nunca han condenado los actos vandálicos y me pregunto por qué” no gustó a la oposición que sin respeto del turno de palabra y considerando que esa reflexión no entra en el debate del pleno sino que es más bien, fruto de “alusiones personales”, según varios ediles, se enfrascó en la confrontación. Llegó a decir la concejala de Ciudadanos, Sara Casquero, que “hablo porque soy concejal y porque me da la gana”. Esa fue su respuesta al alcalde quien le repitió que “no puede intervenir porque no tiene el uso de la palabra y no la ha solicitado”.

Huerga a lo largo del debate amenazó incluso con cortar el debate, llamó al orden a los concejales en varias ocasiones, también de su grupo. Pidió “un poco de coherencia y de respeto a nosotros mismos” sin conseguir que le hicieron caso.

Votó en contra de la modificación de la ordenanza la oposición. En el caso de Ciudadanos pidió que se dejara este punto sobre la mesa por la redacción de la misma con “deficiencias”, según Saldaña. Mientras que el PP incidió en que “nace viciada, sin consenso. Es una de las características de este equipo de Gobierno”, explicó el concejal José Manuel Salvador. “Hay cierto tufillo recaudatorio”, añadió. Salió al paso el edil de IU, Manuel Burón, recordando que las sanciones son las que marca la ley y que no se recogieron en el documento normativo que redactó el Partido Popular.

Esta modificación salió adelante con los votos de PSOE e IU.

La corporación reconoce el “talante” del concejal de Igualdad

En la vorágine de la discusión, hubo lugar para resaltar el buen talante de un concejal, el de Bienestar Social, Educación e Igualdad, Antonio Vega. En esto sí se pusieron todos de acuerdo. Fue el punto en el que se aprobó el III Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres de Benavente para el periodo 2022-2025. No se procedió a debate, tal y como habían acordado en junta de portavoces y salió adelante con los votos de toda la corporación. No solo eso, sino que el edil agradeció el voto y compartió con el resto el propósito de que su puesta en marcha “contribuya a mejorar las situaciones de igualdad en la ciudad”. En este punto el portavoz de Cs, Jesús Saldaña, reconoció a Vega “su capacidad de trabajo y su talante. Estamos orgullosos de tratar con usted en todas las comisiones”.

También la concejal popular Julia Pozo se refirió en los mismos términos a Antonio Vega y pidió “un esfuerzo porque en todas las comisiones y en todo momento seamos capaces de hacerlo igual que en las comisiones de Vega”.

Unanimidad también hubo, sin debate, para la adhesión del Ayuntamiento de Benavente a la Red de Entidades Locales para la Agenda 2030. Y, además, se leyó la declaración institucional aprobada por la Federación de Municipios y Provincias con motivo de la celebración del 25N. La controvertida sesión plenaria se cerró sin mociones presentadas a debate y sin ruegos ni preguntas formuladas en esta ocasión.