Por fortuna para todos los habitantes y montes de la provincia, ya falta poco para poner punto final a un verano negro en lo que se refiere a incendios forestales en la provincia de Zamora.

Muchos han sido los incendios que a lo largo de los tres meses de verano han calcinado tantas y tantas hectáreas de montes y pastos de la provincia.

Solo en el mes de junio, según datos de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, ardieron más de 20 hectáreas de superficie arbolada, más de 400 de matorral y monte bajo y más de 14 de pastos en un total de 89 incendios contados entre el 1 el 30 de junio. El peor de los incendios de la provincia se produjo en la comarca de Los Valles, concretamente en el valle de Vidriales, en el monte de Carracedo. Las llamas, que comenzaron el pasado 25 de agosto, estuvieron activas durante cuatro días llegando incluso a ascender a nivel 1 de peligrosidad, dada la cercanía con los pueblos de alrededor. Finalmente fue declarado como extinguido el día 29, tras haber calcinado 247 hectáreas entre pasto y suelo agrícola.

Lo que los trabajadores forestales más lamentan es que la mayoría de estos incendios suelen ser provocados, por lo que durante todo el verano solicitan responsabilidad y colaboración ciudadana ante cualquier sospecha de alguien que se tenga como presunto o potencial autor de un nuevo incendio que ponga en peligro la vida del Valle.

También es cierto que este año el riesgo se ha visto incrementado debido a la convergencia de una serie de circunstancias que no han hecho sino agravar una situación que ya de por sí era peligrosa.

Las elevadas temperaturas y el vaciado de los embalses llegaron a generar un caldo de cultivo perfecto para el estallido de catástrofes como la de Carracedo, con terribles consecuencias para toda la provincia y sus habitantes.