Luces, cámaras, y “acción”. A clase. Los más pequeños de cada casa saltaron a escena durante la mañana de ayer en la vuelta a las aulas de los colegios de Infantil y Primaria de la comarca de Benavente y Los Valles.

Son apenas las 9 de la mañana y comienza el bullicio en el entorno del CEIP El Tera de Camarzana. Van llegando los autobuses y los más pequeños de la localidad se aproximan al centro acompañados pos su familiares.

Primer día de clase en el CEIP "El Tera". / E. P.

En esta nueva temporada académica, además de mochilas, estuches y demás material escolar, las mascarillas y los geles hidroalcohólicos volverán a ser actores fundamentales en un nuevo curso que comienza otra vez bajo la alargada sombra de la pandemia que desde hace más de un año y medio marca la vida de todos.

Padres, madres y abuelos acompañaron a los más pequeños de la casa en un día que nunca es fácil para muchos, especialmente cuando se trata de empezar el primer año de colegio. Tanto es así que más de una cara bajo la mascarilla se vio perlada por alguna que otra lágrima de quien no quería aceptar la vuelta a la rutina.

Ordenadamente, siguiendo las marcas dispuestas en el suelo como parte del protocolo sanitario de cada centro educativo, los niños y niñas fueron entrando de manera escalonada al recinto y situándose cada uno en el espacio correspondiente, reservado para su nivel. Desde ahí y acompañados por cada tutor, los grupos van subiendo a las aulas para comenzar la actividad docente.

En el caso del CEIP El Tera de Camarzana, además de ser escalonada, la entrada al centro se realiza por las diferentes puertas de acceso para evitar las aglomeraciones y minimizar así cualquier posible riesgo y garantizar a alumnos y profesores una seguridad sanitaria.

Si bien estos primeros días de colegio todo girará en torno a rememorar con compañeros y profesores qué se ha hecho durante el verano, pronto volverán los deberes, el trabajo en el aula y, aunque alguno no quiera, los exámenes.

No obstante, no es un mal día para todos los alumnos, pues siempre hay quien recibe con entusiasmo la vuelta a esa rutina y reencontrarse con profesores y compañeros para contarles las andanzas y aventuras que han vivido durante las vacaciones.

Tanto padres como profesores confían en mantener la presencialidad total durante todo el curso, manteniendo siempre las medidas sanitarias que las autoridades dicten en función de la evolución de la situación.

Si bien para los alumnos los juegos de patio no son lo mismo cuando no pueden bajarse la mascarilla, bien es cierto que poco a poco es algo que se ha ido interiorizando en todos los hogares y ya forma parte del vestuario diario de cada uno.

Incluso los alumnos de Educación Infantil, quienes en su “grupo burbuja” pueden interrelacionarse sin utilizar las mascarillas, cuando se trata de acceder a espacios comunes como los aseos o el comedor, este elemento de protección no falta en ninguna cara.