La ciudad de Benavente vuelve a rendir homenaje a su hijo predilecto en el año en el que se conmemora el 150 aniversario de su nacimiento. El busto conmemorativo del Doctor Francisco de Castro y Pascual ha comenzado a recibir los primeros trabajos de restauración , que le devolverán el lustre con el que otrora deleitaba a todo aquel que paseara por La Mota.

Según las propias restauradoras, se trata de una “puesta en valor del patrimonio de Benavente”. Dicho patrimonio, afirman, “se encontraba un poco abandonado y bastante maltratado con pintadas de varios colores en la cara y en el pedestal”.

El doctor Castro vuelve a brillar en La Mota

La situación del busto, cerca de varios árboles y casi a su misma altura, provoca que “la gente casi no se da cuenta de que está ahí”, afirman las restauradoras. Sin embargo, el Doctor Castro sigue ahí, expectante ante la ciudad que lo hizo su hijo predilecto y que, no obstante, muchos años después también lo ha hecho víctima del vandalismo, sufriendo pintadas a lo largo y ancho del monumento, además del abandono y el imparable paso del tiempo, que poco a poco han ido marchitando la majestuosidad del mismo.

Es por ello que los trabajos de restauración se prolongarán durante al menos una semana, no solo para eliminar la pintadas, sino también para devolver el busto a su color original y que vuelva a ser un destacado elemento más del patrimonio de una ciudad orgullosa de su farmacéutico y microbiólogo más prolífico.

La iniciativa de la restauración parte del Centro de Estudios Benaventanos Ledo del Pozo, desde donde afirman que la restauración es, además de una conmemoración del nacimiento de Francisco de Castro y una puesta en valor del monumento, un intento de “salvaguardar el patrimonio de Benavente”.

El Doctor Francisco de Castro y Pascual nació en Benavente en el año 1871. Tras licenciarse en Farmacia por la Universidad Central de Madrid en 1896, comenzó a formarse en Bacteriología, disciplina prácticamente recién nacida en España. Así, en el año 1900 ya formaba parte de la Comisión Científica del Colegio de Farmacéuticos de Madrid.

Al año siguiente, tomó la determinación de embarcarse en un trabajo de investigación en París, de la mano del Instituto Pasteur. En octubre de 1902, se encargó de la Cátedra de Microbiología de Farmacia como profesor auxiliar interino. Esta Cátedra no salió a oposición hasta 1905, y a ella sólo podían optar los doctores en Medicina y Farmacia. Sin embargo, no sería hasta cinco años después cuando se celebró la oposición en la que un tribunal, presidido por Santiago Ramón y Cajal, eligió por unanimidad al Dr. Castro como primer Catedrático de Microbiología de la historia de España.

Falleció en Madrid el 18 de agosto de 1949 y tan solo un mes después, en septiembre del mismo año, fue declarado hijo predilecto de su Benavente natal, donde dos años después recibiría este homenaje, inaugurado el 2 de abril de 1951. Ahora, 70 años después, el pueblo benaventano vuelve a devolver el reconocimiento a una de sus personalidades históricas más importantes, aunque para algunos solo sea un lienzo donde pintar.