En un verano atípico en lo climatológico, en el que el buen tiempo ha tardado demasiado en llegar, y no lo ha hecho para quedarse, generando contrastes térmicos muy fuertes, la producción de pimientos y tomates en Micereces de Tera no se ha detenido.

Los trabajadores de estas ricas y verdes tierras regadas por las aguas del río Tera sienten como si se tratara de una “huerta de la comunidad”, dado que sus productos son exportados a multitud de mercados fuera de la provincia de Zamora.

Es el caso de Daniel Martín, agricultor y productor de pimiento y tomate. “El producto nuestro es bastante exclusivo, el pimiento que producimos aquí no lo ves en ningún otro sitio y con el tomate pasa lo mismo”, explica. Para él, el pimiento o el tomate de Micereces son “una seña de identidad” que merece ser reconocida socialmente y más valorada también económicamente. “Tenemos que reivindicar nuestro producto y darle el precio que se merece”, manifiesta.

Isabel Ruiz, presidenta de la IGP Pimiento de Fresno-Benavente, considera injusto que, cuando la inversión crece y, por ende, el precio también lo hace, y ello repercute en su venta en las superficies, la gente lo critica. “La gente no se queja cuando ve que ha subido el precio del suavizante, pero sí cuando han subido los melocotones”, denuncia. “A mí también me gustaría cobrar más, como a todo el mundo, pero el mercado manda”, añade.

Según Ruiz, este tipo de agricultura se ha profesionalizado mucho, con el consiguiente aumento de la inversión. “Hoy en día estamos hablando de una inversión de 10.000 euros por hectárea”, explica. “El que no sea un agricultor profesional, está fuera”, añade. Afirma la presidenta de la IGP Pimiento Fresno-Benavente que para poder vivir de esta actividad, tienes que ofrecer el producto en unas condiciones “de diez” y “dar una serie de garantías, especialmente sanitarias para poder salir adelante”. “Si quieres, puedes limitarte a dos restaurantes y cuatro vecinas, pero si quieres vender en Mercaolid o Mercamadrid tienes que ofrecer todo eso”, explica.

El futuro que espera a las plantaciones de pimientos y tomates

Los trabajadores de las tierras de Micereces de Tera son optimistas con respecto al futuro que les espera. Daniel Martín cree que la gente cada vez valora más esta clase de productos porque “si algo es bueno lo vendes y la gente lo tiene en cuenta”. Por su parte, la presidenta de la IGP Pimiento Fresno-Benavente, Isabel Ruiz, celebra que se está produciendo un “relevo generacional” en los trabajos de las tierras y que ahora “la media de edad se sitúa en torno a cuarenta años”. Por otro lado, hay otro agente externo que amenaza en cierta manera a este tipo de actividades. El cambio climático ya obligó a optar por variedades de pimientos que se adaptaran mejor a diferentes condiciones climatológicas, Tanto es así, que afirma Ruiz que “actualmente todos estos agricultores jóvenes no podrían vivir solo del pimiento morrón”, el autóctono de la zona. Los fuertes contrastes de temperaturas y la tardía llegada del calor han complicado los trabajos en una temporada que, a pesar de todo, afirma, “no ha sido mala”. La lucha de los precios seguirá siendo constante y todos esperan que finalmente haya un cambio de mentalidad respecto a la agricultura.