Con la llegada del verano vuelven a la comarca de Benavente actividades para el disfrute del entorno natural, relacionadas con los ríos. En la zona ribereña del río Tera se viven jornadas de diversión al aire libre en enclaves para todos los gustos. Poco a poco se han ido preparando las zonas de baño y ya son numerosas las personas que aprovechan jornadas de diario y fines de semana para darse un chapuzón en las frías y cristalinas aguas del Tera. Camarzana, Santa Croya, Burganes, Mózar o Micereces son solo algunos de los lugares elegidos por vecinos y visitantes para disfrutar de las zonas de baño.
Paralelo al disfrute de estos enclaves se ponen en marcha otras iniciativas que poco a poco se han ido consolidando en esta zona, como son las rutas en canoa para el descenso del Tera, propuestas por la Granja Escuela La Guarida del Lobo de Santibáñez de Tera.
Con el fin de promocionar actividades que reporten “vida” a la zona, la iniciativa que han denominado “Ruta de los Chiringuitos” recorre las principales zonas de baño en la comarca del Tera. Esta ruta parte de Camarzana de Tera, de la playa fluvial de La Barca. “Un lugar ideal para iniciar ese recorrido. Montamos allí en las canoas y comienza un recorrido de nueve kilómetros en los que, además de pasarlo bien, se puede disfrutar de la belleza paisajística de este entorno y descubrir parte de su flora y fauna”, explica Javier Bodego, de Santibáñez de Tera, responsable de esta iniciativa. El recorrido desde Camarzana llega a Santa Croya de Tera. “Es un recorrido de una hora. Hacemos parada en la piscina fluvial de Santa Croya y después continuamos otra hora por lo que llamamos el Amazonas zamorano, hasta Santibáñez de Tera, hasta la zona de La Tablada”.
La pandemia, ni siquiera el pasado verano, paralizó esta actividad al aire libre, más bien todo lo contrario y explica Bodego que más de mil personas recorrieron en canoa el río Tera en la pasada época estival, eso sí, siguiendo medidas de prevención frente al coronavirus. “El protocolo es sencillo porque al ser al aire libre facilitan las cosas. Hacemos, eso sí la desinfección de las canoas y remos y durante las explicaciones de la ruta se les pide que se pongan la mascarilla. Después, si son convivientes suelen ir en la misma canoa sin la mascarilla, si no pues se la ponen”, indica.
Este verano la actividad comenzó ya en el mes de mayo con un grupo de pescadores llegados desde Madrid. En Camarzana de Tera hay un escenario deportivo social para pesca sin muerte, de la presa de las Huelgas al área recreativa de La Barca, que es de donde parte esta aventurera iniciativa. También grupos de amigos y familias con más o menos destreza con los remos y con la canoa canadiense han probado este descenso del Tera.
El valor de este patrimonio natural y el aprovechamiento del mismo en las zonas donde se ubican ha llevado a proponer otras rutas. Este año también se pueden recorrer nueve kilómetros por el Tera entre la zona de baño de Micereces de Tera donde el Ayuntamiento tiene ya dispuesta la zona de la piscina fluvial, y la de Mózar de Valverde, una de las más concurridas de la comarca.
Hay también quien prefiere recorrer el Tera en el último tramo hasta su desembocadura en el Esla, es la ruta de seis kilómetros entre Burganes de Valverde, donde ya hace años el Ayuntamiento acondicionó una playa fluvial en la zona de La Rasera, un bosque de ribera junto al Tera, y la localidad de Bretó de la Ribera.
Todas son propuestas para disfrutar de la naturaleza y conocer las zonas más emblemáticas del verano. Los grupos que ya han vivido esta experiencia aseguran que no falta diversión en esta aventura en la que se pone en valor el patrimonio natural de las zonas ribereñas del Tera y se promueve la actividad económica de los pueblos por los que discurre.
