En una ocasión, el jefe de Cardiología del Complejo Asistencial de Zamora, el doctor José Luis Santos Iglesias, afirmó que debería haber “un desfibrilador semiautomático en todas las plazas públicas”. No en vano, en caso de parada cardíaca, contar con uno de estos aparatos cerca y poder utilizarlo puede marcar la diferencia. De poco sirven los masajes cardíacos, si al final falta ese “chispazo” vital que es la descarga del desfibrilador.

Estos dispositivos son importantes sobre todo en poblaciones de la zona rural donde las ambulancias tardan más en llegar. Según el registro oficial de la Junta de Castilla y León, en la comarca hay un total de 16 desfibriladores, 9 en Benavente y los 7 restantes en pueblos, distribuidos en casas consistoriales, consultorios rurales, fábricas, instalaciones deportivas, centros educativos y cuarteles. Normalmente, en ubicaciones donde pueden dar servicio a gran cantidad de gente y, sobre todo, en lugares accesibles. Porque, al final, no importa si trabajas allí o si eres usuario, el desfibrilador está disponible para todo aquel que lo necesite.

Seguro que cuando uno oye la palabra desfibrilador, piensa en series de televisión. En una persona rodeada por médicos de Urgencias, que al final ‘revive’ gracias a la descarga del desfibrilador. Pero la vida real supera la ficción y contar con uno de estos aparatos puede ser vital, sobre todo, cuando no hay un centro sanitario cerca y la ambulancia tarda en llegar.

En los últimos años, es cada vez más frecuente la adquisición de estos aparatos que, mejor no tener que usarlos, pero que es necesario que estén ahí. El Ayuntamiento de Benavente fue una de las primeras instituciones de la zona que empezó a instalar desfibriladores. A día de hoy, cuenta con cinco, ubicados en la piscina municipal, el Pabellón de la Rosaleda, el Campo de Fútbol Alonso Pimentel, el Teatro Reina Sofía y la sede municipal de la Plaza Mayor.

Su uso es sencillo ya que son automáticos o semiautomáticos y la propia máquina va diciendo al que está auxiliando a la persona que sufre la parada cardíaca cuáles son los pasos que tiene que ir siguiendo. Aun así, los trabajadores del centro donde están ubicados los desfibriladores tienen que recibir formación en manejo del aparato. Sobre todo, para saber distinguir entre una parada respiratoria y una cardíaca, que es cuando el paciente se queda sin pulso y es el uso para el que está diseñado este dispositivo.

En este sentido, el concejal de Seguridad Ciudadana, Fernando Marcos, asegura que en los años que llevan instalados “han sido útiles”. No sólo el aparato en sí, sino también la formación que recibieron los trabajadores municipales. Como ocurrió hace unos tres años, cuando una persona se desmayó en el Pabellón de la Rosaleda.

En opinión de Marcos, debería haberlo en lugares más inaccesibles o que están a mayor distancia de los centros hospitalarios. En definitiva, en la zona rural. En la comarca, hay desfibriladores en consultorios e instalaciones municipales de Villageriz, Quiruelas de Vidriales, Navianos de Valverde y Pobladura del Valle. En un intento de que Zamora fuera una provincia “cardioprotegida”, la Diputación en colaboración con Cruz Roja desarrolló el año pasado un proyecto, que en principio tiene continuidad en este 2021 y durante todo el mandato, que supuso la instalación de 34 desfibriladores en la zona rural de la provincia durante 2020. Pobladura fue uno de los municipios a los que llegó uno de ellos, que los responsables municipales situaron en una zona de fácil acceso en la entrada de la Casa Consistorial. Aunque el Ayuntamiento esté cerrado, el dispositivo está a mano, pero protegido de la intemperie. Como en el resto de las poblaciones beneficiadas, el personal municipal recibió formación por parte de técnicos de Cruz Roja.

Como también lo ha hecho parte del personal de Quesos El Pastor, que es una de las grandes empresas de la zona que cuentan con uno, junto con Bioraw, en San Cristóbal de Entreviñas; Prolactea, en Castrogonzalo; y el Centro de Envasado de Azucarera Española, en Benavente. Marcos Martín, responsable del Área de Marketing de la quesería de Santa Cristina de la Polvorosa, explica que lo instalaron en 2017. Aunque no es obligatorio, consideran que es aconsejable dada la gran cantidad de personas que trabaja en la fábrica. Está bien señalizado, lo han situado en una “zona intermedia”, para que sea más accesible, y “cada dos años, hay un curso de reciclaje” para el personal con el fin de saber cómo usarlo y cómo actuar ante una parada cardíaca. Cuando se le pregunta si lo podrían usar personas ajenas a la empresa, Martín no duda en responder que sí.

Como no podía ser de otro modo, la doctora María Pérez también atendería y prestaría a cualquier viandante el que está a disposición del personal y los pacientes de su consulta de odontología en Benavente. Es el principio de la beneficiencia, de procurar el beneficio del paciente, una de las bases éticas de la atención médica. Es la única clínica dental cardioprotegida de Benavente tanto porque la atención temprana es vital ante un problema de corazón, como por la relación entre la sedación, que utilizan en muchos tratamiento bucodentales, y la parada cardiaca. Ahora le gustaría, de hecho lo ha solicitado, que el desfibrilador se incluyera en el registro oficial de la Junta de Castilla y León, ya que al estar en una establecimiento donde hay personal sanitario no aparece entre los 73 dispositivos semiautomáticos que, según el registro oficial de la Junta de Castilla y León, hay en la provincia de Zamora y los 16 que hay en Benavente y Comarca.

Cerca de allí, el Cuartel de la Guardia Civil dispone de uno y el Colegio Virgen de la Vega, también, desde el curso escolar 2018-19, siendo el primer colegio cardioprotegido del municipio. Porque los centros educativos son puntos clave donde encontrar los desfibriladores, al ser lugares donde se concentra mucha gente. Es el caso del Instituto de Bachillerato León Felipe, donde cada día pasan 800 personas, entre alumnado de Secundaria y Bachillerato, personal, ciclos formativos o la Sección de la Escuela Oficial de Idiomas. Cuentan con él desde el curso 2019-2020, a iniciativa de la Asociación de Madres y Padres (AMPA) del centro. Su secretaria, Pilar Rodríguez, cuenta que, siguiendo la estela de otros centros educativos, se convirtieron en “el primer centro escolar público de Benavente y el segundo de la provincia” en contar con uno.

Llevaron a cabo una campaña para recaudar dinero y costear su compra, que incluía los cursos de formación en su manejo destinados al personal del instituto, y también “para darle visibilidad e implicar a las familias y al alumnado”. Con tal fin, contaron con la colaboración de una diseñadora, Alba Alonso, que hizo un logotipo para cartelería, chapas y pulseras, que vendieron durante aquel curso. Afortunadamente no lo han tenido que usar, pero es un respiro contar con uno.

Previsto un nuevo aparato en el edificio del Ferial

El concejal de Seguridad Ciudadana de Benavente, Fernando Marcos, anunció que está previsto que las instalaciones de la avenida El Ferial cuenten con un desfibrilador, que sería el sexto en las instalaciones municipales. Sin embargo, aseguró, no se instalará hasta que concluyan las obras de adecuación del edificio. Se sumaría a los que ya están en uso en el edificio consistorial de la Plaza Mayor, el Teatro Reina Sofía, las piscinas municipales, el pabellón de la Rosaleda y el Campo de Fútbol Alonso Pimentel. Marcos recordó que la instalación de desfibriladores comenzó en anteriores mandatos. El actual equipo de gobierno siguió en esa línea de proteger la salud y garantizar la seguridad de todos los que pasen por sus instalaciones, por lo que, a lo largo de los últimos años, han aumentado el número de dispositivos disponibles.