En condiciones normales, la Junta Local de la Asociación Zamora con el Sáhara ya tendría la lista de niños saharauis que vendrían durante los meses de julio y agosto a Benavente y comarca y habrían seleccionado a sus familias de acogida del programa ‘Vacaciones en Paz’. Sin embargo, la pandemia del coronavirus, como ha ocurrido con toda la vida en general, ha truncado todos los planes de la asociación.

Dado que es imposible ningún movimiento de personas o envío de bienes, sus responsables han buscado alternativas y han propuesto al Ayuntamiento que la ayuda municipal que anualmente dona a un proyecto de la asociación la destine a comprar cestas de alimentos y productos de primera necesidad. Sus destinatarios, las familias de los 10 niños que tenían previsto venir el verano pasado a Benavente dentro del programa ‘Vacaciones en Paz’.

“Con el COVID se paralizó toda la ayuda humanitaria a nivel internacional”, explica la presidenta de la junta local, Pilar Rodríguez. En una palabra, que a los territorios que necesitan de este apoyo, como es el caso del pueblo saharaui, se han quedado aislados y sin poder recibir las ayudas en forma de alimentos. Tampoco puede haber movimiento de personas, ni hacia allí ni desde allí, cuando estos viajes eran una forma de hacerles llegar alguna aportación económica o, para los niños, una manera de poder beneficiarse de la atención médica en Benavente y la comarca. En su caso, añade, con el agravante de que en la zona del desierto de Argel donde habitan “no hay logística ni empresas de transporte” y no se pueden hacer llegar bienes de consumo.

La única forma que han encontrado de entregarles alimentos y otros productos es una plataforma española de venta por internet. Funciona como cualquier empresa de comercio ‘on line’: el comprador adquiere un producto, en este caso, una cesta por el montante económico que elija; la empresa compra los alimentos, ropa u otros productos demandados en mercados locales; y, finalmente, se los sirven allí, en este caso, a las familias.

Es una fórmula que ha utilizado la asociación a nivel provincial para hacer llegar a las 45 familias del programa cestas con productos de primera necesidad, a cuya adquisición han dedicado el dinero que tenían recaudado para sus programas en 2020 y 2021.

Desde que empezó la crisis del coronavirus, han enviado dos de estas cestas a cada familia y van a hacerles entrega de una tercera. Aparte de las que, a nivel local, quieren enviarles con la ayuda municipal, si finalmente aprueban el proyecto que han presentado al Ayuntamiento. “Tienen una necesidad inminente de ayuda y ésta es una opción para que les llegue”, explica Rodríguez.

Hasta 2019, recuerda, el Ayuntamiento aportaba una cantidad para subvencionar los pasajes de avión de los niños que participaban en el programa estival ‘Vacaciones en Paz’. Hace dos años, cambió el sistema y empezó a apoyar económicamente proyectos que la junta local de la asociación le presentaba. Aquel año, equipamiento para un centro de disminuidos físicos y psíquicos en el Sáhara Y contribuir a la rehabilitación de estas personas. Ahora la asociación espera remontar el parón que supuso 2020 debido a la crisis del coronavirus, al menos en parte, ya que esta ayuda que propone supone una pequeña aportación para 10 familias.