Carlos Feijóo es un ilustrador, músico y docente asturiano, que durante los meses del confinamiento a causa de la pandemia quiso reflejar la situación que se vivía en el territorio nacional. A raíz de eso, surgió la muestra “En tiempos de coronavirus. Una mirada a la vocación del servicio”, compuesta por 11 bloques con múltiples ilustraciones, comenzando en el estallido de la pandemia y finalizando en un futuro esperanzador, pasando entre otras etapas por el confinamiento, la desescalada o la vacunación. La muestra del ilustrador asturiano, tras su paso por varios puntos del país, permanecerá expuesta de forma gratuita al público hasta el 30 de junio en el Centro de Interpretación Ríos de Benavente.

–¿De dónde procede su afición a la ilustración?

–La afición al mundo de la ilustración me viene desde que era un niño. Siempre he sido un apasionado del dibujo. En determinado momento de mi vida pasé de dibujar en cualquier soporte de papel y en cualquier lugar a empezar a hacer ya dibujos un poco más curiosos, por llamarlo así, con la finalidad principal de poder exponerlos. Este es un paso que yo creo que todo ilustrador da y es muy importante. A día de hoy, tras muchos años, sigo con la misma pasión que cuando empecé.

–¿Qué requisitos considera necesarios para ser un buen ilustrador?

–Esa es una buena pregunta (ríe). Te diré lo que pienso yo, luego cada uno tendrá su modo de ver las cosas. Bajo mi punto de vista, creo que lo primero que debes tener es un inquietud artística, lógicamente. En segundo lugar, yo creo que es muy importante la creatividad y la fantasía. Me explico: para plasmar en un soporte de papel o digital alguna situación real, irreal o fantástica, creo que es necesario esa capacidad de abstracción y de síntesis que te aporta la fantasía. Así es de la forma que lo puedes reflejar a tu manera, con tu estilo, que es otro de los puntos que yo creo que son necesarios para ser un buen ilustrador. Tener un estilo personal que te defina y dejar tu huella personal en el trabajo que realices es muy importante. A mí modo de ver, estos requisitos los considero necesarios.

–¿Qué temática le gusta más ilustrar en sus dibujos?

–La verdad es que he vivido diferentes etapas en mi labor artística y siempre han ido guiadas un poco por el camino de realizar ilustraciones fantásticas. Después la gente lo puede enfocar por cosas que conoce, pero no necesariamente se ajusta a eso, a algo concreto. Con la independencia de la exposición que presento en Benavente, la cual está sujeta a una situación real, yo suelo hacer muchas ilustraciones acerca de la arquitectura urbana, por ejemplo, aquellas agrupaciones arquitectónicas de distintos estilos pero que no son reales. Ya te digo, me gusta mucho plasmar lo fantástico.

–Hablando de la exposición. Presenta en la ciudad de Benavente la muestra “En tiempos de coronavirus. Una mirada a la vocación de servicio”. ¿Qué nos puede contar acerca de ella?

–Se trata de una exposición que se gestó de una forma un poco casual. Durante el confinamiento, todos los días trataba de dibujar un poco lo que me sugería la realidad que estaba pasando fuera de nuestras casas. Un día dibujaba un balcón, igual otro día una intervención policial. Cosas que pasaban en nuestro día a día fuera de nuestros hogares, que eran donde nos encontrábamos. Lo que pasó es que nosotros teníamos ya una propuesta para realizar una exposición, pero fue suspendida por el COVID. Por lo cual, a raíz de esa propuesta, surgió la posibilidad de presentar la exposición “En tiempos de coronavirus. Una mirada a la vocación de servicio”, dentro del marco de difusión de la Cultura de Defensa que la Subdelegación de Defensa viene realizando, y decidimos llevarla a cabo. Pero fue algo totalmente casual porque lo fui haciendo a modo de hobby, en mis ratos libres entre trabajos y trabajos. Un poco con la idea de reflejar lo que yo veía. Lo primero que tuve que hacer fue organizar las ilustraciones porque tenía muchas y tenía que darles una secuencia expositiva. Decidí plantearlo por bloques, por paneles. La muestra está estructurada en 11 bloques, comenzando en el estallido de la pandemia y finalizando en un futuro esperanzador, pasando entre otras etapas por el confinamiento, la desescalada o la vacunación. A través de múltiples ilustraciones, trato de reflejar la evolución de pandemia así como la aportación de los servicios esenciales básicos.

–La exposición que llega ahora a Benavente ya se ha presentado en varios puntos de España, ¿no es así?

–La exposición la mostramos por primera vez en Oviedo el mes de julio del pasado 2020. También en el primer trimestre del 2021 hemos tenido la ocasión de ponerla en ciudades como Burgos y Soria. Ahora estará en Benavente hasta el 30 de junio en el Centro de Interpretación de los Ríos de Benavente, pero está previsto llevarla a más sitios, siempre con la guía del Ministerio de Defensa, a través de sus Subdelegaciones. Hasta donde yo sé, la idea era que en Zamora también la exposición se pudiera exponer en la ciudad de Toro, pero eso está un poco sujeto al calendario de actividades que presenten las Subdelegaciones y las previsiones que ellos tengan pensadas.

–¿Qué mensaje quiere transmitir con esta exposición?

–Por un lado, se trata de un homenaje a los fallecidos y víctimas de la pandemia del COVID 19 y, por otro lado, también un reconocimiento a los servicios esenciales básicos y la labor imprescindible del ámbito sanitario, servicios de emergencia, Fuerzas Armadas y Fuerzas de Seguridad del Estado. En realidad, la vocación de servicio está presente en todas las profesiones de las personas. Desde un fontanero a un profesor. En mayor o menor medida, la vocación de servicio todos la tenemos porque todos, en determinadas ocasiones, hacemos un trabajo mayor al que tendríamos que hacer, superior al que es estrictamente necesario. El mensaje que quiero transmitir es un reconocimiento a esta vocación de servicio de todas las personas, sobre todo durante la pandemia. También fue, digamos, una vivencia personal que yo viví en primera persona y yo plasmé en esos dibujos, tampoco con el ánimo de expresar mucho más que lo que era la propia realidad. Simplemente por contar, a modo diario, lo que yo veía día tras día.