El buen tiempo se acerca y los chiringuitos municipales situados junto a muchas de las zonas de baño de los ríos de la comarca ya calientan motores. Lo hacen, eso sí, con mucha cautela, ya que la situación pandémica invita a la prudencia. Y algunos abren después de un verano en blanco, el de 2020. en el que la incertidumbre por la evolución del COVID les llevó a permanecer cerrados.

El primero en abrir sus puertas, hace ya un mes, fue el de Camarzana de Tera. Es el segundo año que lo tiene el mismo hostelero, que ha preferido mantener cerrado el espacio interior. “Es un sitio con techos bajos y muy estrecho, y ha preferido no usarlo”, explica el alcalde del municipio, José Luis Uña.

Como para el resto de los regidores municipales, toda cautela es poca para evitar contagios. Obligarán a cumplir todas las medidas de higiene, las distancias de seguridad y los horarios que marque la Junta de Castilla y León, como deja bien claro el alcalde de Santa Croya, Juan José Arenas. “Nada de dar carta blanca. Todo depende de lo que marque la Junta. No nos la vamos a jugar”, explica. Este establecimiento de concesión municipal, como el resto, ya abrió el año pasado y volverá a hacerlo éste. Será uno de los que empiece a funcionar, a primeros de junio.

La próxima semana, el día 1, uno de los más madrugadores será el chiringuito de Mózar de Valverde, en el municipio de Villanázar. El año pasado la concesión quedó desierta, y este año la ha cogido Francisco Ferreiro, un hostelero que tiene negocios en ferias y que, de esta forma, busca una salida empresarial y también laboral a los trabajadores que tiene en ERTE debido a la pandemia. “Tengo espacio pero voy a poner menos mesas”, dice, para reducir el aforo.

“La gente tiene ganas”

Prefiere ser optimista y pensar que todo va a ir bien. Y, sobre todo, espera que la gente responda. Ganas de salir a respirar y salir al aire libre cree que sobran: “Tengo fe. La gente tiene ganas de salir”.

Muy cerca de allí, también en el Tera, está el bar de verano de Burganes. En su caso, como explica su alcaldesa, Atilana Martínez, sí abrió el año pasado . Recuerda que la gente fue “cuidadosa, se separaba”. También extremaron las medidas. “Controlamos el aforo. Sólo había una entrada, que controlaba gente del Ayuntamiento”, recuerda. El resultado, según dice, ningún problema. Todavía no sabe la fecha exacta. Suelen abrirlo a primeros de junio, pero, este año, “dependerá del tiempo”.

En Micereces de Tera, tras un verano en blanco, el de 2020, este año sí abrirá el bar municipal del río. Afrontan la temporada de baños y recreo estival con cierta cautela. Porque el municipio, además del establecimiento de hostelería junto al Tera, cuenta con piscina en este complejo ya bautizado popularmente como ‘Molino D’Or’. Como recuerda su alcalde, Carlos Martín, exigen dividir el espacio en parcelas y no mezclar convivientes y no convivientes.

Por su parte, en Milles de la Polvorosa en principio también abrirán este verano la caseta de la zona de baños. De hecho, tras un año de parón, tenían previsto aprobar la adjudicación la semana pasada, como informó su alcalde, José María Barrios.

En la ribera del Esla, en San Cristóbal de Entreviñas, serán los últimos en abrir, a principios de julio. Aunque ya han acondicionado y segado la zona, como informa su alcaldesa, Leonor González Cadenas, prefieren esperar a que “avance un poco la vacunación del COVID”. Mejor ser prudentes.