Piden conservar el ecosistema surgido de una gravera de Camarzana de Tera

Camarzana de Tera acoge desde hace años la formación de varias lagunas y actividad biológica surgidas en el terreno de una explotación de áridos. Esta zona, de más de cincuenta hectáreas de superficie, donde se puede observar el sistema lacustre, es lo que se conoce como las graveras del Chote, una zona ubicada cerca de la ermita del Padre Eterno en Camarzana de Tera. Son varios los expertos en flora y fauna que han visitado la zona y se han mostrado sorprendidos por la diversidad de especies que se están viendo aflorar en estas lagunas desde hace al menos siete años.

Desde la Asociación de Amigos del Monasterio de Santa Marta de Tera se han puesto ya en contacto con el alcalde de Camarzana de Tera para plantearle que ponga en marcha los trámites necesarios para hacer llegar a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León la petición para que se haga un estudio de impacto medioambiental para evaluar este recurso natural “y su salvación de forma total o parcial”, según explica su presidente, Blas de Paz Martínez. “Ahora que tanto se habla de salvar el planeta aquí tenemos muy cerca una forma de contribuir al menos a su mejora”, añade.

El alcalde de Camarzana de Tera, José Luis Uña, asegura que es una zona con gran riqueza ambiental, según algunos expertos han manifestado. Y tiene previsto la próxima semana plantear a los concejales la posibilidad de iniciar conversaciones con la Junta de Castilla y León para ver qué trámites serían necesarios para la recuperación ambiental de esta zona. “Es un proyecto bonito e interesante para el medio ambiente y para el pueblo”, explicó.

Los terrenos de la explotación de áridos, no obstante, no son municipales por lo que habría que conocer primero la situación de estas fincas, apuntó.

Explica De Paz que “en estas lagunas surgidas de la explotación de la gravera han prosperado en sus orillas muchos árboles de ribera predominando todo tipo de sauces ; las plantas herbáceas y acuáticas también han encontrado su lugar y entre ellas hemos podido volver a ver y oír las ranas prácticamente desaparecidas del resto de la vega de Camarzana. En sus aguas hemos divisado pequeñas bandadas de alevines lo que nos hace pensar que también los peces se han adaptado a este ecosistema tan peculiar. Durante todo el día se ven aterrizar en sus aguas bandadas de patos cuchara y en otras épocas hemos visto garcetas y fochas de agua. Los taludes arenosos han sido aprovechados por los abejarucos y aviones para sus nidos”.

El problema se plantea porque, asegura, “las lagunas están siendo desecadas para dedicarlas de nuevo al cultivo una vez se han extraído los áridos. Creo que es una pena o una imprudencia dejar morir sin más esta vida y más cuando el terreno donde están ubicadas algunas lagunas no es productivo y quedará en barbecho una vez sea desecado”.

Por su parte, la empresa que explota estos terrenos asegura que su intención es la de restaurar y recuperar la zona. Hace prácticamente una década presentó un proyecto para la recuperación de estos terrenos a la Junta de Castilla y León, con el fin de darle un uso útil a estos terrenos tras la extracción de áridos. La actividad de extracción de áridos en esa zona concreta comenzó hace ya décadas y continúa ahora. De modo que la empresa extrae los áridos, pero también realiza las labores necesarias para orientar los caballones y dejar preparada la tierra para que pueda dedicarse al cultivo en años venideros.

A nivel nacional son varios los proyectos que se han realizado para la recuperación ambiental de graveras para intentar devolver la funcionalidad original del espacio, o rehabilitadas para conseguir un nuevo uso. Las zonas inundadas tienen varias alternativas de recuperación, y entre las opciones que se barajan es conferirles un uso como humedal. En España hay varios ejemplos que se han convertido en ecosistemas de referencia.