El polifacético artista Pablo Carbonell tenía previsto abrir esta noche una nueva edición del Maratón de Monólogos, organizado en Benavente por la concejalía de Cultura, y que cuenta con otras dos jornadas en las que el humor estará presente. Carbonell, quien asegura que cuando reímos somos felices, explica que la constante en su trabajo siempre ha sido la rareza, y de ahí el nombre de su espectáculo “K”. Acerca al Teatro Reina Sofía el 29 de mayo, desde las ocho, un monólogo con temas nuevos y otros del grupo Toreros Muertos del que es vocalista y en los que no falta el humor con ironía. La pandemia le ha dado la oportunidad de centrarse en la familia y en proyectos que llevaba años retrasando. Confiesa su relación de amor con el público.

–¿Háblame de la propuesta que traes a Benavente. Qué es ¿K?

–Perdona que me remonte al CQC. Hace muchos años entrevisté a Ana María Matute a la que habían nombrado académica de la Lengua y le habían concedido el sillón con la letra K “porque era muy rara”. La rareza ha sido una constante en mi trabajo y entendí que debía hacer un homenaje a esa letra que, a priori no pinta nada, ya que tenemos para ese sonido la Q y la C pero que los raros encontramos indispensable para sentir que tenemos un hueco en el mundo.

–¿Indispensable en tus espectáculos el humor?

–También, creo que cuando reímos somos felices. En K hay mucho humor, y se aprenden cosas interesantes. En este espectáculo sin ir más lejos me voy al nacimiento del abecedario, una reflexión que me ha brotado a partir de la lectura de “El infinito en un junco”, el fabulosos ensayo de Irene Vallejo, que también tiene su humor.

–Presentas un monólogo y nuevas canciones con temas legendarios de Toreros Muertos. ¿Qué queda del grupo de los años 80?

–Aquel grupo nació con un espíritu de burla sobre los estilos musicales y las tribus urbanas. Nosotros éramos clochards y lo seguimos siendo a día de hoy. Hace un año grabamos un disco que se iba a llamar “Estruendo folclórico”, pero después de la pandemia, sin poder volver al estudio, aquellas canciones, botón de muestra de nuestra versatilidad a la hora de afrontar coplas, pasodobles, valses, etc…, ha dejado de interesarme.

–¿Te planteas entonces nuevos proyectos?

–Después de este año encerrados y revisando los temas creo que es el momento de decir cuál es el sonido real de “Los toreros muertos”, daremos un concierto el tres de julio en Ciudad de la Raqueta y allí mostraremos cómo es nuestro estilo, con ironía, con humor, pero sin meterle el dedo al de al lado.

–Y de aquel Pablo Carbonell de los ochenta, ¿qué es lo que queda?

–Sigo siendo el mismo, quizás con menos propensión al error o a la astracanada, pero el mismo. Espero que esto te lo tomes como una buena noticia.

–No podría ser de otro modo. ¿Son tiempos difíciles para el sector artístico, ¿cómo estás viviendo o sobreviviendo artísticamente esta pandemia?

–La pandemia me ha permitido irme a vivir a una casa en el campo que solo disfrutaba los fines de semana, y ni siquiera, porque siempre estaba girando, y me ha permitido acercarme más a mi familia, tocar la guitarra, encontrar el ritmo que deben llevar las canciones de Toreros o las mías propias, y escribir una novela que me perseguía desde hace treinta años. Y hacer teatro, tanto con Blablacoche como con K, rocanroles con medidas sanitarias, me ha permitido ir cubriendo los gastos en los que se mete uno.

"El escenario tiene un fabuloso poder terapéutico y el contacto con el público es amor"

–A pesar del momento, te vemos que sigue al pie del cañón subiéndose a los escenarios. ¿Te reconforta encontrarte con el público?

–El escenario tiene un poder terapéutico fabuloso. El público necesita de evasión y lo agradece, no es que aplauda si le gusta, que también, es que aplaude dando las gracias. Y yo los escucho muy agradecido. Es amor. El contacto con el público es amor.

–Tienes ahora varias citas con el público en tu gira con “Blablacoches”. Supongo con la incertidumbre de actuación en actuación de si no se tendrá que colgar el cartel de “cancelado”, tan habitual en este último año en las salas.

–Mañana mismo actuamos en Ibiza, si todos los PCRs dan negativo. Si no se posterga el bolo…, se han caído tantos el mismo día. Yo sé que haré una actuación cuando me bajo del escenario y ya la he hecho, y aún así me tengo que palpar para darme cuenta de que ha sido así.

–¿Ahora lo de llenar teatros es imposible. ¿Qué sensación provoca ver los teatros con aforos tan reducidos?

–Uy, yo llego al teatro y veo esas tarjetas de “Prohibido sentarse aquí”, y me da la sensación de que ya está lleno. No me preocupa. Sé que es por una buena causa, que la gente se sienta cómoda y segura. Ante las circunstancias solo se puede poner buena cara y dar las gracias de que se pueda trabajar.

"Pediría vacunas para las actrices y actores, que no podemos trabajar con mascarilla"

–¿Crees que falta apoyo institucional al sector de la cultura?

–Ya hay demasiada gente que se queja de que haya teatros municipales y ayudas al sector, no voy a ponerme en plan pedigüeño, o a quejarme con la cantidad de gente que lo está pasando mal, el sector servicios vive un drama. Si acaso, pediría vacunas y que dejasen de filtrarse tantas informaciones que paralizan la distribución provocadas por las competencias entre las industrias farmacéuticas. Aparte de eso pediría vacunas, las que fueran, para las actrices y los actores de teatro, que comparten espacio escénico y no pueden trabajar con mascarilla. Y lo mismo en rodajes. Los que nos dedicamos a la interpretación paseamos entre los equipos sin mascarilla, desnudos, a la espera de saltar al set, nos sentimos absolutamente desprotegidos. No entiendo por qué Sanidad no ha metido al colectivo que trabaja para crear ilusión, diversión y difundir cultura entre los más vulnerables. No podemos trabajar con mascarilla, no podemos trabajar protegidos.

"La libertad de expresión se resiente por culpa de tanto trol en redes"

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–Desde hace un tiempo decir lo que uno piensa, más siendo un personaje público, puede incluso llevar a cometer un delito. ¿Crees que se está volviendo atrás en temas como la libertad de expresión?

–La libertad de expresión se resiente por culpa de tanto trol en las redes sociales, gente que vapulea y que no da la cara. Yo ya he llegado a la conclusión de que mi opinión es para mis amigos. Sobre delitos de opinión, creo que la injuria hay que castigarla, y manifestar odio hacia otras personas también. Aun así el ámbito que es una representación o una canción es como un terreno acotado donde se debe entender que lo expresado está ahí para ser valorado, aceptado o repudiado por un público que se entiende que tiene capacidad para hacer con eso lo que quiera. La tutela del estado es peligrosa en el sentido de que solo se podrá decir lo que ellos aprueben, lo cual es inmovilista y atufa a conservadurismo. Pero algo habrá que hacer para proteger el honor, la cárcel creo que es excesiva, pero unos trabajos para la comunidad no lo veo descaminado.