El prototipo comenzará a instalarse en hospitales este mes. | E. P.

La posibilidad de eliminar el coronavirus del aire de los espacios interiores puede permitir un descenso generalizado en el número de contagiados. En conseguir tecnología que lo haga posible trabajan desde hace tiempo varios organismos públicos y se han dado pasos importantes de modo que “la instalación de este tipo de tecnologías propiciará la reducción de contagiados y enfermos y traerá consigo una menor presión sobre los centros sanitarios y demandas asistenciales”, explica uno de los investigadores. Es Salustiano Torre, de Villabrázaro, que además de las iniciativas europeas que está coordinando sobre soluciones naturales en los edificios para combatir el cambio climático, trabaja en otros proyectos y organismos de importante calado.

Uno de ellos es el que está desarrollando un prototipo para destruir en minutos el SARS-CoV-2 suspendido en el aire interior, los denominados aerosoles, así como cualquier bacteria u hongo, de dependencias sanitarias y residencias.

El prototipo surge del Ciemat, Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas, en colaboración con el CSIC, a través del CBM (Centro de Biología Molecular), y el Jardín Botánico y colabora también la empresa Aire Limpio.

El proyecto trata de incorporar en las infraestructuras de acondicionamiento y de distribución del aire ya existentes en residencias u hospitales un sistema fotocatalítico eficiente que permita su funcionamiento continuado durante todo el día. De modo que se centra principalmente en prevenir la infección por vía aérea.

“Hemos visto que el prototipo ya funciona en el laboratorio y ahora tenemos que dar un paso más allá”, explica Salustiano Torre.

“Este prototipo que se instala en el aparataje de aire acondicionado se puede llevar a residencias, hospitales o colegios. El sistema lo que hace es absorber mediante una bomba todo el aire que está en la estancia, lo hace recircular por la infraestructura de aire acondicionado y pasa a través de ese prototipo que está en el interior de la infraestructura. Ese aire conecta con parte de fotocatálisis que hace activar radicales hidroxilo y permite desactivar la pared celular tanto de bacterias, hongos y virus. Cuando desactivas la pared celular el propio microorganismo se cae”, explica Torre.

El prototipo funciona mediante un sistema de fotocatálisis, que parte del principio natural de descontaminación de la propia naturaleza. Al igual que gracias a la luz solar la fotosíntesis es capaz de eliminar CO2 para generar materia orgánica “la fotocatálisis elimina otros contaminantes habituales en la atmósfera mediante un proceso que se activa por la energía solar. Durante el proceso se produce la eliminación de la mayor parte de los contaminantes existentes en el aire”. Cifra la reducción de virus como el SARS-CoV-2 en porcentajes superiores al 80%.

Durante la investigación “medimos la concentración de bacterias, hongos o virus antes de pasar por el prototipo y se vuelve a medir cuando sale a la estancia y está demostrada esa reducción”, asegura.

Con este prototipo que este mismo mes tiene previsto su instalación en hospitales de la Comunidad de Madrid, aunque dependerá de la evolución de la pandemia, ponen en marcha una implementación más en el aire antes de que sea respirado de nuevo por cualquier persona. Salustiano Torre explica que “cuando ya tienes el aire que sale por los conductos y vuelve a salir a la estancia está mejorado porque eliminas compuestos que en algunos casos son cancerígenos y aparte tiene menos carga viral, bacterias u hongos. Pero antes de que el aire pase a ser respirado por cualquier persona, yo construyo un jardín vertical que está prácticamente en la salida del aire y que va a mejorar la humedad de ese aire”, señala el científico.

Ese jardín vertical tiene dos capas, según explica. Una de ellas es un panel microagujereado que es por donde pasa el aire y la segunda capa es la estructura del jardín vertical que es donde se sostiene la parte de vegetación, sustrato y riego por hidroponía. “Como la estructura es transpirable, el aire va a pasar a la estancia para ser respirado con una eliminación de microorganismos y agentes o partículas pero también con un porcentaje de humedad que es bueno y que va a permitir una menor temperatura de la estancia”.

Mejorar el porcentaje de humedad y temperatura de la estancia permitirá también “mejorar de modo radical en cuanto a confortabilidad y calidad del aire. Además, en las residencias de ancianos la intención es que estas estructuras permitan a los residentes una mejora en la parte psicológica y social”, añadió el investigador de Villabrázaro.

Salustiano Torre explica que la parte de intervención del CSIC en este proyecto se centra en detectar esa concentración de partículas contaminantes, bacteria y hongos y validar que el sistema prototipado funcione. “Y funciona”, asevera. Señala Torre que es un modo de prevenir los contagios. “Estamos viendo que no se ha invertido en los hospitales, en las residencias o centros educativos en sistemas de ventilación mecánica, o en la compra de filtros EPA como una norma temporal para tener garantizada la renovación del aire. Ahora mismo la puesta en marcha de este proyecto no depende de la inversión, que ya contamos con ella, sino de que el COVID nos permita establecer unos protocolos para realizar la instalación en los hospitales de la Comunidad de Madrid”