El Ave Fénix se quemaba por completo y, de sus cenizas, surgía un huevo del que volvía a nacer. Hay diferentes versiones del mito, pero todas ellas tienen el mismo significado de renovación. Por eso, el grupo de scouts de Benavente Senda Norte ha ‘bautizado’ con este nombre, ‘Bosque Fénix’, el proyecto de reforestación de la cantera donde en su día estuvo situado el antiguo vertedero de Benavente. Entre el sábado y hoy lunes comenzarán a plantar 400 plantones de robles y encinas, y regenerar así este espacio bajo el que yace enterrada una montaña de residuos.

La idea partió de Andrea Fernández, una pionera de 16 años, durante una de las repoblaciones que habían llevado a cabo los scouts en otros lugares. “Me había sentido conectada con la naturaleza. Y pensé por qué no invitamos a otra gente a que venga y plante su árbol, y sembrar así conciencia ecológica”, explica. Además de inculcar sensibilidad ambiental, la idea es recuperar un espacio que primero fue ocupado por una cantera y, después, por el vertedero y la escombrera de la ciudad.

Dicho y hecho. Un vivero de Zamora, El Tomillo, conocedor de que el grupo había participado en otras reforestaciones, les proporcionó plantones de dos especies resistentes: encinas y robles. Y este fin de semana cogieron pala y azadón, los más jóvenes se dirigieron en bicicleta por caminos seguros, las familias en coche y comenzaron a plantarlos: el sábado fueron los scouts entre 12 y 17 años, la llamada ‘tropa’; el domingo, los niños pequeños, los lobatos, con sus familias; y hoy acudirán otros jóvenes que no son scouts pero que pueden estar interesados en participar. En todos los casos, acompañados de monitores, como Fátima Santos, que recuerda que el proyecto cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Benavente. “Nos ha dado el permiso para entrar a este espacio y repoblarlo, las herramientas y se va a encargar de realizar dos riegos al año”.

Detalle de la plantación. | M. F.

Detalle de la plantación. | M. F.

Es sólo el principio de un proyecto que nace con vocación de futuro. Si las condiciones sanitarias lo permiten, la idea es invitar el próximo curso a los centros escolares. De esta forma, podrán acudir niños y jóvenes a seguir plantando este espacio yermo. De momento, sólo pueden plantar en la ‘zona segura’ de la antigua cantera, porque el espacio colindante donde se ubicaba el vertedero todavía no se puede ocupar hasta, por lo menos, 2022. Queda mucho más para que estos brotes que ayer comenzaron a plantar lleguen a dar sombra. “No sé, tardarán ¿10 años?”, se preguntan Andrea y Fátima. No importa el tiempo. El objetivo es “devolverle algo a la madre naturaleza. Resurgir, dar vida a algo que hemos estropeado los seres humanos”, concluyen.