Vecinos de Benavente y de los pueblos de la comarca de Los Valles celebraron ayer una jornada especial de tortillero, marcado un año más por las restricciones de la pandemia. El domingo de Lázaro, también llamado de Pasión y que es el quinto de la Cuaresma, en esta zona tiene un importante arraigo ya no solo como celebración religiosa, sino también lúdica en la que se celebran reuniones de familiares y amigos para comer o merendar y no puede faltar la tortilla de patata y algunos dulces típicos.

La pandemia, sin embargo, ha hecho modificar estos encuentros. Ya el pasado año se celebró en casa y este año muchas familias han repetido la celebración en sus hogares. Otros han buscado distintos lugares en la naturaleza para disfrutar de un día de campo. La zona de la Pradera, algunos rincones del Prado de las Pavas, zonas verdes en los pueblos de la comarca o en la zona de Puente Quintos han sido los elegidos para esa celebración, más casera de lo habitual.