El proyecto de mejora del estado ecológico del río Órbigo, de Confederación Hidrográfica del Duero y que afecta a los tramos de las provincias de Zamora y León, ha conseguido un nuevo reconocimiento. En esta ocasión ha sido elegido por el Ministerio para la Transición Económica y el Reto Demográfico (MITECO) como uno de los casos que ejemplifica la adaptación al cambio climático. Este reconocimiento se hace visible en el renovado portal de la plataforma AdapteCCa sobre Adaptación al Cambio Climático en España, en un amplio conjunto de sectores y ámbitos geográficos.

En la comarca benaventana, las actuaciones se desarrollarán en los términos municipales de Maire de Castroponce, Coomonte, Pobladura del Valle, Fresno de la Polvorosa, La Torre del Valle, Morales del Rey, Villabrázaro, Manganeses de la Polvorosa, Benavente, Santa Cristina de la Polvorosa, Santa Colomba de las Monjas y Villanueva de Azoaque, donde el Órbigo desemboca en el Esla.

El objetivo fundamental de proyecto es la definición de un conjunto de actividades encaminadas a devolver al río Órbigo una estructura y un funcionamiento más acorde con la dinámica fluvial, que sea más parecida a las condiciones naturales, estableciendo como referencia el buen estado ecológico del río, según recoge el proyecto.

Las actuaciones que se plantean para conseguir dicho objetivo, están comprendidas dentro de la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos. Los fines perseguidos por el presente proyecto son la recuperación de la continuidad longitudinal del sistema fluvial, el incremento de la conectividad lateral del cauce con sus riberas y su llanura de inundación, y la mejora de los hábitats y recuperación de las comunidades piscícolas.

El proyecto de mejora ecológica del río Órbigo es muy ambicioso y amplio, ocupando todo el recorrido del lecho fluvial, en torno a los 108 kilómetros de longitud.

El proyecto original comprende tres tramos, de los que íntegramente solo se ha ejecutado el primero, en la provincia de León, a lo que habría que añadir partes de los tramos II y III realizadas con pequeña actuaciones en cauces, según recoge la plataforma AdapteCCa.

“Se recuperaron así zonas despejadas de motas y escolleras, plantando vegetación de ribera característica de la zona”, recoge la esta plataforma.

La importancia de este proyecto radica en que “se ha recuperado la conectividad transversal y longitudinal del río, así como la capacidad de laminación natural, recuperándose 480 hectáreas de llanura de inundación. Con ello se disminuye la peligrosidad de la inundación y se mejoran y regeneran los hábitats fluviales, todo ello bajo criterios de sostenibilidad económica y ambiental. Igualmente se han recuperado brazos secundarios del río con una longitud total de 10 kilómetros”.

Por otra parte, “se ha vuelto a reconectar un tramo de unos 25 kilómetros de longitud de río, permitiendo el paso migratorio de la fauna acuática autóctona, particularmente peces, así como de nutrientes sedimentarios. También se han reforestado más de 70.000 metros cuadrados con plantaciones de vegetación ribereña, recuperando áreas aluviales propensas a inundaciones, que actúan como reguladoras de flujos y avenidas, y captadoras de nutrientes”.

Las actuaciones realizadas comprenden trabajos para mejorar la conectividad lateral y la dinámica en el primer tramo donde se han realizado acciones en 23,5 kilómetros de río. En este tramo se han realizado trabajos de àra la eliminación de escolleras en 4.720 metros; eliminación de motas, en 8.710 metros; retranqueo de motas, en un tramo de 3.130 metros; la recuperación de tramos secundarios en 10.063 metros y la recuperación de áreas de inundación de 300 hectáreas.

En el tramo II, las actuaciones realizadas se han centrado en la eliminación de motas en un tramo de 1.550 metros; el retranqueo de motas, en 70 metros.

Y en el tramo III, las actuaciones se han centrado en la eliminación de motas en unt ramo de 950 metros y trabajos para mejorar la continuidad longitudinal.

También se ha llevado a cabo la modificación de la presa de Alcoba para permitir el paso de fauna y flujo de nutrientes y sedimentos, pequeña presa sobre 2,5 metros de altura y 165 metros de longitud, que constituye un obstáculo en el cauce, pero que es imprescindible conservar porque es el punto de extracción del Canal General del Páramo que suministra agua de riego a unas 17.000 hectáreas de terreno y a la ciudad de León, según recoge esta publicación. “Los trabajos consistieron en bajar la altura en su parte central, permitiendo una abertura de unos 15 metros de longitud y 2 metros de altura, disponiendo una rampa para facilitar el paso migratorio de fauna acuática (sobre todo peces), que se instala durante la temporada de riego y se retira durante el resto del año”.

En este tercer tramo también se han realizado acciones forestales y la revegetación con vegetación de ribera en 7,2 hectáreas.