Despejado de maleza el acceso a la Presa Miguelón en la Ruta de Santibáñez de Tera. / E. P.

Entorno de la Presa Miguelón, desbrozado, donde se han instalado los primeros bancos restaurados para el descanso. | E. P.

En tiempos de pandemia y con las limitaciones de movilidad para la población se han puesto en valor los rincones que forman parte del patrimonio natural de esta provincia. En la comarca de Los Valles son numerosas las rutas y escapadas naturales que pueden atraer visitantes pero la de Santibáñez de Tera “está de moda”. Y es que se trata de un sendero local que cuenta con homologación oficial, algo que lo ha puesto en el mapa nacional, y todo lo que ello supone. “Esperamos que todo esto pase y se pueda ver más vida en el pueblo. La idea de poner la salida y llegada desde el casco urbano pretendía también dar un empuje a los negocios locales con la llegada de visitantes. Ahora con la pandemia eso no es posible”, explica Agustín Rodríguez, uno de artífices de la recuperación de esta ruta por la ribera del Tera.

Sus promotores, vecinos ya jubilados de Santibáñez de Tera, y el Ayuntamiento de la localidad son conscientes de que mantener esa homologación no es cosa de un día para otro, sino algo que se tiene que cuidar “día a día”.

Un sendero homologado, como el que recorre la Ruta Santibañesa del Tera, debe mantenerse a fin de garantizar la seguridad de los usuarios ya que lo cierto es que cualquier sendero puede ser señalizado, pero solo aquellos que se ajusten a un mínimo de calidad y seguridad establecido por la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo correspondientes pueden llegar a obtener y mantener el certificado de homologación.

“Nosotros logramos la homologación pero lo importante es también poder mantenerla y eso lleva un trabajo de mantenimiento. Lo cierto es que cuando nos aventuramos en esto no sabíamos muchas cosas y hemos ido aprendiendo y mejorando poco a poco con ayuda de los expertos. Aspectos como la señalización garantizan que una ruta se haga con seguridad para un senderista. El sendero homologado debe permitir hacer el recorrido guiándote de las marcas y señales que te vas encontrando durante toda la ruta”, explica Rodríguez, uno de los promotores de esta iniciativa que junto a Andrés Miguélez Rodríguez, Ramón Vega Arenas, Jesús Vara García y Pedro Carro no han perdido las ganas de cuidar este espacio.

Las actuaciones a lo largo del recorrido homologado se han sucedido en el último año. Estos días se están afanando en acondicionar un nuevo área recreativa y para el descanso. El lugar elegido es el entorno de la Presa Miguelón, una barrera que se cree de origen en la época medieval, pero del todo fechada en el sXIX. Actualmente se utiliza para los riegos de Sitrama y para el área Recreativa de La Tablada en Santibáñez”. Hace unas semanas dos de estos activos vecinos, Ramón y Andrés, comenzaron a construir una choza para que los visitantes pudieran resguardarse en ella de las inclemencias meteorológicas y han continuado desbrozando el entorno gracias a la colaboración de Florencio, otro vecino de Santibáñez. También han preparado una zona ajardinada y han plantado bambú para crear una separación natural en uno de los terraplenes. Además, han restaurado bancos para la zona.

La pandemia propicia la creación de un rincón poético en el recorrido

La pandemia ha traído consigo cambios importantes en esta ruta del Valle del Tera que desde su homologación ha visto un empuje importante en los últimos meses prácticamente a diario. Las restricciones de movilidad ha hecho que hasta la zona se acerquen vecinos de la provincia de Zamora que nunca antes se hubieran planteado visitar Santibáñez de Tera. “Esto es también un poco el boca a boca, lo cierto es que estamos muy contentos porque hemos conseguido poner en valor todo esto por lo que hemos trabajado y con la intención, además, de dar vida al pueblo y, si es posible, a los negocios locales”, explica Agustín. A raíz del Estado de Alarma y la posterior “nueva normalidad” ha surgido una nueva iniciativa que, si bien estaba prevista ya para el pasado año, aún está en proceso. Es el rincón poético de la ruta. “Hay gente que le gusta la poesía y han ido creando sus propios poemas al río Tera, y a la ruta”, explica Agustín. “Las ponían allí en la ruta y al verlo la gente se ha ido, digamos, contagiando”. De modo que en la actualidad han podido recopilar hasta una treintena de poesías relacionados con el emblemático paraje de Santibáñez de Tera. “Estaban esparcidas por varios sitios de la ruta. Y hemos pensado que es mejor crear un rincón poético para dar más valor a estas poesías”, señaló Agustín. Aunque el lugar para ubicar este rincón poético está aún por concretar definitivamente parece que ya hay un lugar que podría albergarlo. “La mejora zona para esto es en la arboleda de la Tablada, que está todo limpio y hay unos 25 o 30 árboles en los que se podría realizar un circuito por las poesías. Hay que ponerlas de un modo adecuado, y en eso estamos ahora en buscar el mejor modo para que, además, se conserven”.