Esther Vaquero, natural de Benavente, es una diseñadora de vestuario que cuenta con numerosos galardones dentro del mundo del cine. La benaventana ha recibido recientemente el premio a mejor vestuario por la película “El inconveniente”, otorgado en la última edición de los premios Asecan del Cine Andaluz. Unos premios a los que ya ha estado nominada en doce ocasiones y ha conseguido el galardón en cinco de ellas. Y es que con grandes reconocimientos y varios premios en su palmarés, Esther se ha convertido en una referente del panorama de la costura y del vestuario cinematográfico.

–Recientemente ha sido premiada en el Cine Andaluz por el vestuario de la película “El inconveniente”, obra de Bernabé Rico que está nominada a los premios Goya. Menudo comienzo de año, ¿no?

–La verdad que estoy muy contenta con ese reconocimiento a la película. Llegaba a los premios Asecan de Andalucía con dos nominaciones por los vestuarios de “Voces” y “El inconveniente” y logré alzarme con el galardón con esta última. No todo iba a ser malo en este fatídico año de pandemia. También entre las dos películas anteriores se consiguieron un total de cinco galardones en las diferentes categorías a las que estaban nominadas, tres para “El inconveniente” y dos para “Voces”. Se trata de un gran reconocimiento porque ha sido muy difícil tanto los rodajes como los propios estrenos.

–Unos premios Asecan en los que ya ha estado nominada en doce ocasiones. ¿Qué se siente cuando se recibe la noticia de una nominación a estos premios?

–Así es. He estado nominada en doce ocasiones y me han dado el premio de mejor vestuario en cinco de ellas. Concretamente, por “The Extraordinary Tale”, “La luz con el tiempo dentro”, “El autor”, “Jaulas” y “El inconveniente”. Este último hace unas semanas. En mi experiencia personal como nominada a unos premios te aseguro que siempre es una alegría muy difícil de explicar. Cuando se realiza una película, nunca se piensa en las posibles nominaciones, ni mucho menos en los premios, solo se piensa en hacer el mejor trabajo posible, poniendo tu experiencia y tu tiempo al servicio del proyecto. Todo lo que venga detrás es un regalo, tanto si te lo dan como si no. Y es que ya es un regalo que un grupo de personas amantes y entendidas en el arte del cine considere que tu trabajo es destacable y merece un reconocimiento. Muchas de las películas en las que he trabajado durante mi vida profesional han sido nominadas a los Goya y varias de ellas se han llevado galardones. La verdad es que es muy emocionante que una película en la que has participado vea reconocido el esfuerzo que conlleva hacerla y en cualquier caso las nominaciones, aunque no sean personales, son muy emocionantes y las vives como tuyas, ya que son muchas horas dedicadas y mucha ilusión puesta para conseguir el mejor resultado posible.

Esther Vaquero recogiendo su quinto premio Asecan | Cedida

–La gala de los Goya se celebra el próximo 6 de marzo en Málaga y “El inconveniente” cuenta con tres nominaciones. Concretamente, a mejor director novel, a la mejor interpretación femenina protagonista y a la mejor actriz de reparto. ¿Cree que conseguirán alzarse con alguna estatuilla?

–Nada me haría más feliz, a mí y a todos mis compañeros, pero hay otras películas con méritos y que también son merecedoras. Los premios siempre son difíciles de adivinar. De momento, nos sentimos encantados con que la película se encuentre con esas tres nominaciones y para mí ya son ganadores, porque tiene mucho mérito estar ahí con una primera película. Ahora solo nos falta esperar y cruzar los dedos. Viviremos la gala intensamente cada uno en nuestras casas este año. Sin duda, será una fiesta del cine español muy diferente a la que estamos acostumbrados a disfrutar, pero tan emocionante como las demás.

–Para usted, ¿qué ha supuesto esta película dirigida por Bernabé Rico?

–Para mí la obra ha sido un auténtico regalo y una gran experiencia. Desde que me llegó el guion me sentí afortunada de que un proyecto tan bonito llegase a mis manos y eso se lo tengo que agradecer a Olmo Figueredo y a Bernabé Rico, que confiaron en mí para vestirlo. Luego he tenido la suerte de contar con un equipo maravilloso: Ainhoa Badiola como ayudante y Clara Cuadrado como sastra. También contamos con la ayuda de diferentes firmas que nos ayudaron cediéndonos vestuario para que el proyecto luciera mejor, como es el caso de Fely Campo, que nos prestó el maravilloso abrigo rojo que lleva Sara, el personaje que interpreta Juana Acosta y por el que está nominada. También Álvaro Moreno o Punto blanco y tiendas como Baster de Vergara o particulares como Filo, que nos abrió generosamente su armario para que pudiéramos crear el personaje de Lola, la cual interpreta Kiti Manver. Para mí, además de una experiencia muy bonita, también ha sido algo que recordaré siempre.

–¿Cómo ha sido trabajar bajo la condición de la pandemia del COVID?

–Pues terminamos de rodar la película “Voces” justo antes de comenzar el confinamiento y desde entonces no he vuelto a hacerlo, la verdad. Hay proyectos que se han ido retrasando a la espera del mejor momento de poder rodarlos con el mínimo riesgo posible. Sí he estado trabajando en artes escénicas y ha sido complicado, claro. A partir de ahora habrá que tener mucho más cuidado manteniendo los protocolos específicos para vestuario. Nuestro departamento entra en contacto directo con actores y figuración y debemos extremar las precauciones para protegerlos a ellos y a nosotras mismas. Eso supone algo más de trabajo y tiempo extra para ello.

–Entrando un poco ya en lo personal… ¿de dónde le viene esta pasión por la moda?

–La moda me interesó desde que era una niña. Por esa misma razón hice diseño de moda. Aun así, me gustaría puntualizar que el vestuario de una película no tiene por qué ser moda. Me explico: puedes hacer una película con un vestuario muy a la moda porque por guión se exija así y hay otros casos en los que el vestuario de una película se convierta en moda, pero en la mayoría de los casos tú vistes los personajes en función de su personalidad, clase social, edad, estado emocional, situación geográfica, estación del año, época en la que está ambientada… y otras muchas cosas que tienes en cuenta cuando comienzas a trabajar la estética de un proyecto. Dicho esto, desde pequeña se fusionaron en mí dos pasiones con las que disfrutaba mucho: el cine y el dibujo. Viví mi juventud en Benavente y en una generación en la que todos los domingos después de comer nos íbamos a ver la sesión doble en los cines de mi pueblo. Primero comenzó llevándome mi hermana Begoña. Cuando era muy pequeña, ella nos llevaba la merienda a mi hermano y a mí para el intermedio y luego ya comencé a ir con mis amigas, con las que veía todo tipo de películas y todas la que ponían en la tele y siempre pensaba en quién estaría detrás de esos bellos vestuarios. También me gustaba dibujar muñequitas con sus vestuarios a la moda. De hecho, hay una compañera mía de colegio que aún conserva varias de ellas, un día me las enseñó y no me podía creer que después de tantos años aún las conservara. Unidas estas dos pasiones, el camino lógico, más que la moda (que también) eran las artes escénicas. Estudié diseño de moda en la primera escuela que se abrió en Zamora y años más tarde pude estudiar en Sevilla vestuario escénico y a partir de ahí mucho trabajo, mucha incertidumbre y algo de suerte, no nos vamos a engañar (ríe).

–¿Y en el cine? ¿Cómo fue su entrada en el mundo cinematográfico?

–Cuando llegué a Sevilla con el cambio de siglo se estaba fraguando lo que se ha llamado la “Generación Cinexín”, un grupo de jóvenes apasionados del cine que comenzaban a crear cortos y también sus primeros largos. De ahí han salido directores como, por ejemplo, Alberto Rodríguez, Santi Amodeo, Paco Baños o Ana Rosa Diego, técnicos como Alex Catalán, Daniel de Zayas o productores como Gervasio Iglesias o Álvaro Alonso, entre otros muchos profesionales. Además de todo ello, ya se había estrenado “Solas”, la cual supuso un gran éxito y el inicio de lo que hoy es el cine andaluz. Comenzaron su andadura directores, actores, productores y técnicos que hoy están nominados en todas las categorías de los Goya año tras año y trabajan por toda la geografía española haciendo grandísimos trabajos. Tuve la suerte de comenzar en ese momento en el que todos estábamos aprendiendo a hacer cine juntos y hoy ya se puede hablar sin complejos de un maravilloso cine andaluz que está en lo más alto y nos está dando muchas alegrías a todos los que vivimos con pasión este arte. He tenido la suerte de trabajar con profesionales a los que admiro y respeto y con los que he aprendido todo lo que sé. Sinceramente me siento afortunada de haber estado en el sitio perfecto y en el momento preciso.

–¿Cómo valora el mundo de la moda en España?  

–Creo que la moda española a nivel creativo goza de muy buena salud. En nuestro país contamos con grandes diseñadores ya consagrados, pero no hay que perder de vista los nuevos valores que contra viento y marea siguen creando y aportando luz. Yo he tenido la suerte de contar con algunos de ellos para vestir alguno de mis proyectos. Por ejemplo, en “Operación Camarón”, película que aún no se ha podido estrenar, tuve la suerte de ponerme en contacto con varios de estos nuevos valores, que estoy segura que darán mucho que hablar como Cherry Massía, María Ávila o Rubén Galarreta, pero hay muchos más que merecen todo nuestro apoyo en un mundo tan difícil y más con el panorama que ha dejado la pandemia provocada por el coronavirus, que tanto está azotando y ha azotado ya a nuestra sociedad.

–Actualmente, ¿tiene algún proyecto en desarrollo o algún proyecto a medio-largo plazo?

–Sí. Estoy pendiente de comenzar con el nuevo proyecto de Juan Miguel del Castillo, el director que nos emocionó con su primer largo “Techo y comida”, que se titulará “La maniobra de la tortuga” y que contará entre otros con Natalia de Molina, Fred Adenis o Mona Martínez y la producirá Áralan Films, productora con la que he trabajado ya en varias ocasiones y a la que le tengo mucho cariño. Está previsto que comencemos el rodaje en mayo y lo haremos entre Sevilla y Cádiz. Me encanta el proyecto y estoy muy ilusionada con él. Esperemos que todo vaya bien.

–¿Cuál es su sueño? ¿Hasta dónde le gustaría llegar?

–Mi sueño es seguir trabajando en proyectos ilusionantes y que me sigan llegando bellas historias que deben de ser contadas a toda la sociedad. Mi sueño también es seguir disfrutando de mi trabajo y de mi vida, pero sobre todo que se termine pronto esta situación que lo está complicando todo y poder abrazar a mi madre y a toda la gente que realmente quiero. Y llegaré hasta donde mi trabajo y mi vida me lleven. Después de lo vivido nos ha quedado más patente que nunca que lo importante siempre es el camino y no la meta, así que intentaré disfrutar lo máximo que pueda de él, intentando dar lo mejor de mí misma en cada momento y viviendo intensamente todo lo que venga tanto en lo profesional como en lo personal.