La capoeira se podría definir como un arte marcial de origen brasileño que se practica con acompañamiento musical y en el que se considera al mismo tiempo la lucha y la danza. La capoeira posee una gran variedad de técnicas, que hacen uso de las manos, los brazos, las piernas, los pies y la cabeza. A través de este deporte, la asociación cultural brasileña Berimbalada de Benavente comenzó, hace ya diez años, a fomentar la integración ya que, como afirman desde la agrupación benaventana, “la capoeira nos permite conectar con la gente e integrarnos mejor”.
Esta necesidad de integrar a la comunidad brasileña que reside en la ciudad benaventana y conseguir un sitio donde poder practicar esta actividad, llevó a la fundación de esta agrupación que pasó a denominarse Berimbalada.
Berimbalada se trata de una asociación cultural que ya se ha consolidado en la ciudad. En este fatídico 2021, la agrupación celebra su décimo aniversario y cuenta con alrededor de 50 miembros. “Comenzamos con unos diez miembros, pero ahora mismo contamos con alrededor de 50. La verdad que hemos ido subiendo bastante la cifra año tras año”, manifiesta Carlos Eduardo de Azevedo, conocido por “Teto Terranossa”, fundador y presidente de la asociación. “Nosotros queríamos, en primer lugar, integrarnos a través de la capoeira, pero nos dimos cuenta de que había mucha gente realmente interesada en este deporte y que muchos ciudadanos acudían a los espectáculos o eventos que solíamos hacer por la ciudad”, declara.
Además de la capoeira, como afirma Carlos Eduardo, “también se practican otros deportes como el boxeo, el jiu-jitsu brasileño, el “grappling” y MMA”. “El jiu-jitsu es un arte marcial, deporte de combate y sistema de defensa personal que ha sido desarrollado en Brasil y el “grappling” es también un arte marcial muy parecido al jiu-jitsu”, explica el presidente de Berimbalada.
Pero no todo es deporte lo que se realiza en la sede de la asociación, reformada hace ocho años y ubicada en plena Vía del Canal de la ciudad de Benavente. “También enseñamos parte de nuestra cultura, de la cultura brasileña, como, por ejemplo, clases para aprender el idioma, música, canciones y mucho baile”, afirma Carlos Eduardo, el cual añade que “una vez que te involucras, se trata de un modo de vida que te permite disfrutar y estar conectado con la gente”.
En un fin de semana en el que Benavente celebraría sus carnavales, la asociación Berimbalada admite “echarlos mucho de menos”. “Para nosotros el carnaval es una fiesta indescriptible. Aquí, en Benavente, siempre solíamos hacer espectáculos y salíamos en los desfiles, pero habrá que esperar a ver si el año que viene ya se puede celebrar”, declaran desde la asociación cultural. Una asociación que ahora mismo cuenta con su sede totalmente cerrada y paralizada a la espera de que mejore la situación provocada por la pandemia del coronavirus.
“Llevamos desde que se estableció el toque de queda en España (en marzo del año pasado) sin entrenar ni abrir la sede. En realidad, al tener deportistas, de MMA sobre todo, podríamos entrenar porque así nos lo permite la Federación, pero decidimos esperar a que pase todo esto y ahora estamos paralizados”, afirma Carlos Eduardo, el cual apunta que “el recinto está aclimatado a la perfección para practicar deporte de forma segura y realizar los talleres y los cursos ya que cuenta con todas las medidas de seguridad anti COVID”.
Y es que otra de las actividades que Berimbalada proporciona a la población benaventana son talleres, cursos y trabajos sociales con aquellas personas que cuentan con problemas familiares o personales. “Nuestro objetivo siempre ha sido tratar de ayudar a quien lo necesite y siempre hemos intentado aportar nuestro granito de arena a través, por ejemplo, de recaudaciones de alimentos, espectáculos solidarios, eventos, etc. Siempre intentaremos ayudar”, apunta Carlos Eduardo, presidente de una asociación cultural que, como la gran mayoría de las agrupaciones presentes en la ciudad de Benavente, se encuentra sin actividades previstas, sin eventos programados y con el recinto cerrado, lo que supone la suspensión de clases, talleres y demás cursos que organizaban.
“Esperemos que la situación mejore y podamos volver a la normalidad lo antes posible. Eso depende ya de nosotros, nosotros somos los encargados de que la pandemia del COVID se vaya y para eso tenemos que tomar precauciones y cuidarnos mucho”, añade Carlos Eduardo, el cual manifiesta que “seguirán muchos años más tratando de ayudar, organizando recaudaciones y haciendo eventos solidarios para toda la población”.
