En plena pandemia y con los cierres perimetrales establecidos por las autoridades hay actividades que aún lo tienen más difícil dentro del sector servicios, y en concreto del turismo, para poder mantener su negocio.

Las agencias de viajes, han experimentado en los últimos meses uno de los peores años de su vida en el que han perdido hasta un 90% de sus ingresos anuales.

Las restricciones en la movilidad han provocado que muchas de estas empresas, la mayoría de carácter familiar y con uno o dos empleados hayan tenido que aplicar expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) , incluso a cerrar temporalmente sus negocios. En Benavente, algunas agencias han tenido que cerrar ante la situación, otras realizan su trabajo desde casa y alguna se resiste a cerrar sus puertas aunque casi nadie entre en el interior de sus establecimientos.

Alberto Campos y su esposa dirigen en la ciudad uno de estos negocios situado en la avenida Federico Silva. Desde que comenzó la pandemia han cerrado su sede física y atienden a sus clientes desde su propio domicilio. “El volumen de reservas desde la pandemia ha sido prácticamente nulo”. Hasta marzo del año pasado realizaban viajes sobre todo de tipo vacacional. La llegada del verano y la relajación de las medidas restrictivas se presentaba como una oportunidad de salvar la temporada, pero a pesar de ello, los resultados no fueron los esperados. Campos asegura que apenas se llegó al 20% de las ventas realizadas durante el mismo periodo de 2019. “La gente seguía teniendo mucho miedo”, reconoce y esto limitaba su necesidad de contratación.

De nada sirvieron las “rebajas” ante la ausencia de demanda: “Las ofertas eran muchas, pero la mitad de los hoteles estaban cerrados, los transportes complicados...”. Circunstancias que han hecho que muchas personas se decantasen por otro tipo de vacaciones en sus segundas residencias en el ámbito rural. Carlos Campos se muestra pesimista ante la situación que les espera este 2021 :“Yo para el próximo año no me planteo nada porque la pandemia nos ha enseñado a vivir de hoy para mañana, a no hacer planes a muy largo plazo”.

Otro establecimiento, directamente cerrado. | Marta Hernando

Azucena Esteban dirige otra agencia con dos empleados en pleno corazón de la ciudad. En los años que llevan trabajando han dado servicio a cientos de ciudadanos para organizar sus vacaciones, viajes de novios y de empresa. “La falta de movilidad implica que nosotros no vendamos nada. La gente no puede desplazarse de un sitio a otro. Estamos prácticamente sin trabajar”, asegura la propietaria. Los trabajadores del sector tenían todas las esperanzas en la temporada de verano, pero reconocen que aunque se ha conseguido mejorar las contrataciones, estas se han visto reducidas hasta un 80 por ciento. “En verano hubo gente que salió, poca, es cierto, pero se podía ir a la costa, por España. Ahora mismo aunque la gente quiera moverse, no se puede”, indica. Durante estos meses han estado prestando servicio de venta de billetes de autobús, porque las taquillas de la estación de Benavente se encuentran cerradas y reconoce que “no compensa estar abiertos, la verdad, pero si no tampoco se daría este servicio a la población”. A pesar de todas las dificultades se muestra optimista y espera que este verano las personas puedan volver a viajar de nuevo.

Para ambos, las soluciones pasan por la concesión de ayudas directas al sector porque las soluciones planteadas no solventan los gastos fijos que deben soportar mes a mes como son las cotizaciones a la seguridad social, la luz, el agua o el alquiler de su locales.