La asociación Procan ha detectado en Benavente una reducción en el abandono de perros en la ciudad. Si el año 2019 terminaba con 93 mascotas sin dueño, el último ejercido ha terminado, prácticamente, con la mitad de animales sin hogar: 50 ejemplares. En la recta final de 2020 se registró una subida importante de los abandonos. En estos datos se engloban aquellos que han sido abandonados deliberadamente por sus dueños y los que se han perdido o extraviado. En 2019 fueron devueltos a sus propietarios un total de 43. El resto pasaron a las instalaciones municipales en las que Procan trabaja de manera voluntaria para darles un nuevo hogar: 29 fueron adoptados y 10 trasladados a otras protectoras.
Durante el mes de mayo de 2020 se recogieron tan solo 4 animales en la vía pública y todos ellos fueron devueltos a sus dueños. Por otro lado, en este mes también se realizaron cuatro adopciones internacionales, concretamente a Alemania, de ejemplares que se encontraban en el centro.
Pese a la citada reducción, la responsable de Procan, Rosa Charro, indica que “desde el verano el número de abandonos ha crecido mucho, se han recogido a unos 40 perros en la calle”. A pesar de las elevadas cifras de los últimos meses, estas son inferiores a las registradas el año anterior.
Muchos de los perros recogidos son cachorros, otros han sido abandonados o maltratados por sus dueños y buscan una familia para poder rehacer su vida, por ello se insiste en la importancia de la adopción. Charro señala que lo más importante es que la persona adoptante “se comprometa” con la vida que está integrando en su hogar.
Entretanto, la protectora continúa con su actividad sin descanso. El día en la protectora comienza muy temprano: Rosa Charro, junto con dos voluntarias, es la encargada de gestionar todo lo relativo al centro. Ella se ocupa de darles de comer, de beber, limpiar sus casetas y sobre todo darles mucho cariño para que puedan pasar su estancia temporal en las instalaciones “de la mejor manera posible”.
Algunos perros abandonados en Benavente se trasladan a familias de acogida para que puedan adaptarse mejor al proceso de adopción. El principal problema es que esta red es muy pequeña, “apenas se encuentran voluntarios que quieran acoger en su casa de manera temporal a estos perros”, indica la encargada, quien reconoce que el principal inconveniente para encontrar candidatos es que las personas “se encariñan rápidamente con los animales y luego les da pena que se vayan”.
La protectora funciona únicamente con procedimientos de adopción. Para conseguir que este sea un éxito se establece un protocolo en el que se garantice en todo momento el bienestar del animal. Como indica la responsable “en algunas ocasiones hemos tenido que retirar algún perro adoptado a sus dueños, porque no estaban cumpliendo con lo que habíamos acordado”.
Los animales adoptados buscan una segunda oportunidad y por ello es obligatorio que aquellas personas que quieran incorporarlos se comprometan a firmar un contrato. El principal objetivo es que el perro viva en una familia y que esta sea responsable y compatible con el animal, algo que se logra gracias a una entrevista personal con los interesados. Además, estos deberán comprometerse a esterilizar a los animales y a proporcionarles todas las vacunas necesarias y obligatorias. Desde Procan realizan un seguimiento de la evolución del animal para no perderle la pista en ningún momento y velar porque estos requisitos se cumplan.
La ola de frío causada por el temporal Filomena ha provocado temperaturas extremas que también los animales han sufrido. Cada día, Rosa Charro se afana en que vivan en las mejores condiciones eliminando el hielo de las instalaciones, proporcionándoles continuamente agua y alimentos además de mantas para que puedan soportarlo. Las adopciones se gestionan a través de Procan que ofrece en sus redes sociales los perfiles de los animales que tiene en adopción. En otras ocasiones colaboran con entidades para que puedan encontrar un nuevo hogar.
