El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha ratificado la sentencia del Juzgado Social número 1 de Zamora que condena al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) a conceder una incapacidad permanente en grado de absoluta para toda actividad, derivada de una enfermedad común, a una vecina de la comarca benaventana diagnosticada de Fibromialgia y Fatiga Crónica. También lo condena al pago del 100% de la base reguladora de 752,39 euros, más revaloraciones correspondientes, con efectos económicos retroactivos a partir del 14 de mayo de 2019.

La demanda formulada por una vecina de la comarca del Tera, que prefiere permanecer en el anonimato, se presentó el 25 de julio de 2019 solicitando que se revocara la resolución de la Dirección Provincial del INSS que había negado la incapacidad a este mujer de 46 años que padece Fibromialgia y Fatiga Crónica, y declarara en su lugar a la demandante la incapacidad permanente absoluta o subsidiariarmente la total para la profesión habitual, la de teleoperadora.

Fue en mayo de 2019 cuando en base al juicio clínico establecido en el informe médico de valoración se propone no declarar la incapacidad permanente por parte de la Dirección Provincial. En ese dictamen se explica que” no alcanzan las lesiones que padece un grado suficiente de disminución de la capacidad laboral”.

No es la primera vez que esta mujer reclamaba a la administración la incapacidad permanente absoluta. Ya en 2016 lo intentó y el INSS se lo denegó. Desde entonces a su diagnóstico de Fibromialgia y Fatiga Crónica se fueron sumando otras dolencias como estrés, síndrome de la boca ardiente o gastritis antral crónica. “Psicológicamente me sentía muy mal, la vida me cambió totalmente, no puedo hacer nada sin dolores, cosas del día a día. Necesito dividir la casa para poder afrontar las tareas diarias, estoy totalmente agotada”, asegura.

Tras un año de baja y “angustia continua” su reincorporación al trabajo se hizo imposible y tomó la decisión de dejar su ocupación. Su lucha desde entonces ha sido la de lograr en el juzgado el reconocimiento de su incapacidad después de agotar la vía administrativa previa.

Te puede interesar:

Explica la demandante que el diagnóstico de la fibromialgia y del síndrome de la fatiga crónica no es incapacitante de por sí, sino que lo es en función de las limitaciones que produzca o de las dolencias que la acompañen. En su caso las limitaciones funcionales le imposibilitan llevar a cabo cualquier actividad laboral de forma eficiente y conforme a los requerimientos de rendimiento exigibles. Y así se recoge en la sentencia.

La sentencia de enero de este año fue recurrida ante la sala de lo social del Tribunal Superior de justicia de Castilla y León que viene ahora a ratificar lo dicho en el Juzgado de Zamora.