Un invitada portadora del COVID-19 y procedente de un municipio al norte de la provincia de León parece ser el origen del brote de la fiesta familiar que tuvo lugar en un domicilio de Benavente que se ha saldado de momento con 18 contagiados de Sar-Cov-II.

Según ha podido saber este periódico, la mujer se desplazó hasta Benavente para participar en el evento festivo y saludó afectivamente a gran parte de las cerca de medio centenar de personas que participaron en la celebración durante varias horas, según han relatado algunos de los participantes.

Apenas diez días después de esa reunión, y aunque ha trascendido si todos los casos provienen de ese brote, el Hospital de Benavente comenzó a ver aumentar los ingresos hospitalarios. A fecha de ayer se elevaban a ocho con al menos dos derivaciones al Virgen de la Concha por agravamiento del cuadro clínico de los pacientes en los últimos tres días.

Hasta la semana pasada había dos rastreadores destinados a cubrir las dos zonas básicas de salud locales, Benavente-Norte y Benavente-Sur. La Consejería de Sanidad ha reforzado las labores de rastreo con una tercera persona contratada a principios de esta semana.

Después del fuerte incremento de pruebas PCR el pasado martes, tras la finalización del puente, (ese día se realizaron unos 120 test aproximadamente), las pruebas derivadas de los contactos del brote continuaron aún haciéndose ayer.

Sanidad está pendiente de los resultados que podrían conocerse con exactitud entre hoy y mañana y serán fundamentales para saber el alcance real del brote surgido en esa fiesta familiar y conocer si la transmisión del virus está controlada o ha sido comunitaria. En caso de que se confirme un contagio comunitario, la Junta podría establecer medidas restrictivas específicas para la ciudad, como quedó de manifiesto en la reunión mantenida el martes por el Centro de Coordinación Operativa Integrada (CECOPI) de Zamora.

El Ayuntamiento de Benavente seguía esperando ayer la información detallada de los positivos para que la Guardia Civil y la Policía Local puedan realizar controles domiciliarios específicos. Fuentes municipales hicieron notar que desde el viernes de la semana pasada, momento en que se declaró oficialmente el brote, “han pasado cinco días”. “La Guardia Civil y la Policía han estado vigilando a ciegas”, explicó la misma fuente en relación a los controles que ambas fuerzas han realizado en zonas concretas de la ciudad.

Entretanto, el octavo análisis de las aguas residuales de la ciudad para conocer el impacto de la carga de coronavirus ha arrojado un repunte de presencia de Sars-Cov-II en el saneamiento de la zona centro de la ciudad y un ligero aumento en la zona este, mientras que ha descendido en el área oeste.

Las pruebas realizadas por Aquona con el programa Sentinel City se realizaron el 6 de octubre, tres días después de producirse la fiesta familiar que ha originado el brote más importante en la ciudad en esta segunda ola de la pandemia. No obstante, la concesionaria cree que el repunte en la zona centro, que es de 15.000 unidades de carga vírica por cada medio litro de agua, no estaría relacionado con ese rebrote que, por contra, sí podría verse reflejado en el próximo análisis.

El nuevo informe advierte de que es frecuente que en núcleos compactos los picos se “propaguen” de una a otra zona. Aunque advierte que debe tenerse también en cuenta que existe una incertidumbre inherente al propio muestreo y que ésta es mayor cuanto más pequeña es la cuenca. “Es decir, cuanto mayor en número de habitantes es una cuenca más se suavizan los picos y se observan mejor las tendencias, de lo contrario, se producen más picos”.