Participantes del taller de arte con las manos, en Cruz Roja. | E. P.

La presidenta de Cruz Roja Benavente (izquierda) y la trabajadora social responsable del Programa de Mayores (derecha). | E. P.

Cruz Roja Benavente no ha parado desde el decreto del Estado de Alarma, pero ha tenido que adaptar sus servicios a la situación actual. En estas semanas ha ido incorporando a sus iniciativas en marcha programas que sí habían quedado paralizados al tratarse de aquellos en los que los protagonistas son los usuarios mayores, aunque no les han dejado de lado puesto que a través de teléfono o internet, o los voluntarios de Cruz Roja Responde han mantenido permanente contacto con ellos. “Ahora estamos experimentando situaciones nuevas y se están adaptando perfectamente a las nuevas normas”, explica la trabajadora social encargada del programa de mayores, Marian García. “Nunca los hemos dejado solos y por eso, nos han manifestado estar muy agradecidos por nuestro esfuerzo, por eso ahora que hemos retomado las actividades, con todas las condiciones de seguridad, tenemos lista de espera”, asegura la presidente de la sede local de Benavente.

La entrada en la sede ubicada en la Plaza del Corrillo de Renueva ya lo deja claro, las cosas han cambiado. Gel desinfectante, marcas en el suelo y carteles en las paredes indicando por dónde moverse o cómo proceder dentro de la sede y de cada sala. La mascarilla imprescindible y en el caso de los voluntarios hasta por duplicado. Llama la atención el silencio dentro de una sede acostumbrada al trajín de personas que tenían este lugar como punto de encuentro para participar en distintas actividades que les ayudan a luchar contra la soledad. Ahora van entrando de uno en uno, casi sigilosamente y ocupando su espacio, el que tienen asignado previamente y siguiendo un estricto protocolo de actuación frente al COVID-19.

A la hora de retomar la actividad con “normalidad” se han tenido en cuenta tanto la parte emocional, como cognitiva y social. “Cuando hemos comenzado lo hemos hecho con la parte emocional. Qué huellas nos ha dejado el confinamiento. Nos hemos encontrado con consecuencias físicas, como la pérdida de masa muscular, y mentales”, asegura Marian García, trabajadora social de Cruz Roja.

En el aspecto cognitivo “presentan desorientación e incertidumbre porque no saben cuándo se va a acabar esto. Les ha afectado a personas que tenían vida social, que participaban en todas las actividades no solo en Cruz Roja sino también en la ciudad. El aislamiento y quedarse en casa solo, no todo el tiempo lo han vivido igual. Hay personas que sí se han llegado a sentir solos, se les ha privado de la parte familiar. Muchos de ellos son los que habitualmente cuidaban a los nietos y han tenido que adaptarse de un día para otro a una realidad bien distinta”.

Esa parte cognitiva, también está ligada con la social. “La pérdida de relaciones sociales ha sido complicado. Nos dicen que parecía que las horas se multiplicaban. Hemos trabajado en el sentido de volver a adaptarles a la situación actual. Hay personas que tienen miedo. Nosotros les decimos que el peligro no ha pasado pero tenemos que volver un poco a nuestras rutinas. Recuperando la normalidad”, añadió la trabajadora social.

“Cuando ha mejorado la situación, nuestro voluntariado mayor se ha ido incorporando poco a poco a hacer actividad y dentro de la medida que se va pudiendo. Les hemos dado formación e información de los protocolos sobre el coronavirus, uso de EPIs, facilitándoles mascarillas, gel hidroalcohólico… y siempre cuidando al máximo las medidas de seguridad y protección”, explicó la presidenta de Cruz Roja, Inés Mateos.

Las actividades con las personas mayores, que son población de riesgo frente al COVID-19, han comenzado en Cruz Roja Benavente de modo escalonado, con actividades al aire libre. “Las primeras actividades que hemos desarrollado son las de carácter intergeneracional, en colaboración con el Ayuntamiento de Benavente y el programa de juventud. Varios viernes hemos contado con pequeños grupos de mayores que han participado en estas actividades”, explicó García.

Ahora ha comenzado ya el Programa de Promoción de la Participación y Envejecimiento Saludable. Una de las actividades de este programa son los Paseos Saludables, que durante años se ha venido desarrollando en jornadas de miércoles. “Lo retomamos con grupos reducidos de diez personas por lo que la intención es que en lugar de una jornada sean dos las que se realicen o hacerlo de modo escalonado. De momento ha salido un grupo el miércoles y estamos adaptando el programa para arrancar con él ya en octubre”.

El Taller de Arte con las Manos es otra actividad que permite a los mayores pasar un buen rato. “Esto es un modo de estar entretenidos y además en un espacio seguro, tal y como están las cosas”, explicaba uno de los participantes. La próxima semana comenzará el Rincón de Lectura, pero con grupos también muy reducidos. “Hemos ampliado el número de grupos para poder ofrecer este servicio a todos”, señaló Marian.

Entre las actividades en espacios cerrados están los talleres de memoria que se han visto reducidos a la participación de 16 personas a seis. Esta actividad forma parte del Programa de Atención a Personas con Funciones Cognitivas Deterioradas. Y también está en marcha la Promoción del Trato Adecuado y Protección Frente al Maltrato: Buen Trato a las Personas Mayores.