San Cristóbal de Entreviñas ha instalado en una de sus plazas una simbólica escultura de hierro, realizada artesanalmente por un artista, vecino de la localidad, Carlos Domínguez, con la que ha satisfecho el importe de los fondos otorgados por el Gobierno para iniciativas contra la violencia de género.

La escultura en cuestión es una mariposa que pretende recordar a las tres hermanas Mirabal, conocidas también como “Mariposas”, de la República Dominicana que se opusieron a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo y fueron asesinadas el 25 de noviembre de 1960. En honor a ellas es precisamente que cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer. “La escultura está realizada con hierro. Normalmente reciclo chapas, tuberías, varillas y demás. La escultura está realizada con material reciclado y en esta ocasión además de hierro he utilizado acero inoxidable para poder adaptarla bien a la farola”, explicó el artista.

El Ayuntamiento ha optado por instalar la escultura en una farola ubicada en la confluencia entre la calle Benavente y La Bañeza que estaba estropeada y la intención es que pueda ser un lugar de encuentro en el que realizar los actos relacionados contra la violencia de género.

“Me traje la farola para casa para poder adaptar la escultura porque la mariposa la tenía hecha lo que la he tenido que adaptarla a lo que pedía el tema que habíamos seleccionado. Es de color azul y como la farola funciona, la luz por la noche da una imagen muy bonita cuando se enciende por la noche”, explicó el escultor.

La mariposa en una de las alas recoge un simbólico lema “Pon el final para tener un principio”. Mientras que en la otra ala se puede ver “No a la violencia de género”.

No es la primera escultura que realiza con motivo de las iniciativas relacionadas con los fondos del Estado relacionados con la violencia de género. También Carlos Domínguez ha realizado una escultura de hierro para la localidad de La Torre del Valle que se ha instalado en frente de la Casa Consistorial. “En este encargo realicé la figura de una mujer de 2,20 metros de altura en la que se ve una mujer llorando, realizada con círculos. La escultura está puesta en un pedestal de hormigón y se observa el corazón partido”, explicó el escultor.

San Cristóbal de Entreviñas optó por esta iniciativa puesto que la actual situación del COVID impide poner en marcha otra serie de actividades como las realizadas el pasado año en que se organizaron cursos dirigidos a la población, también se elaboró una pancarta reivindicativa y se confeccionaron pulseras.