La temporada estival se aproxima lenta, pero inexorablemente hacia su final y, con ello, llega el fin de las piscinas municipales y playas fluviales de los pueblos de la comarca.

Las zonas de baño han resistido de una manera o de otra a la crisis originada por la pandemia, y han podido brindar a los vecinos de cada localidad la oportunidad de sofocar el calor del verano con un refrescante chapuzón.

Burganes de Valverde es una de las localidades cuya zona de baño ha permanecido abierta, gracias a la cooperación entre el Ayuntamiento y los propios vecinos, que han hecho un ejercicio de responsabilidad ciudadana por el bien colectivo. Atilana Martínez, alcaldesa de la localidad, afirma que “hemos tenido mucho trabajo, pero se ha compensado porque la gente ha respondido y se ha portado muy bien”. “Todos los días se limpia y desinfecta la zona concienzudamente”, explica. 

Atilana Martínez explica que solo un día se completó el aforo en la zona. “Durante el resto del verano, todos han podido disfrutar del entorno sin ningún problema”.

Playa de Santa Cristina de la Polvorosa. Cedida

La zona de baño de Burganes de Valverde tiene la amplitud suficiente como para albergar un número significativo de personas y garantizar el cumplimiento de las medidas sanitarias, especialmente, el respeto de la distancia de seguridad.

Otra de las localidades que han mantenido abierta su zona de baño es Santa Cristina de la Polvorosa. El alcalde de la localidad, Salvador Domínguez, apunta que la playa ha podido mantenerse abierta porque “no hay una aglomeración excesiva de gente”. Además, explica que el Ayuntamiento ha dispuesto una persona en la zona para que todos los días controle el aforo en la zona y vigile que los vecinos cumplan con las medidas sanitarias. “Es un vigilante informativo para que, si hay una aglomeración, informe a la gente de lo que no se puede hacer”, explica.

“Mientras no tengamos una aglomeración excesiva, o cierren en todos los sitios y venga todo el mundo aquí, o nos obliguen a cerrar, vamos a mantener abierta la zona de baño”, comenta el alcalde. “Seguiremos aguantando mientras no tengamos algo que nos sobrepase”, añade.

Salvador Domínguez también agradece la colaboración de los vecinos, que cumplen estrictamente con su obligación legal de llevar la mascarilla.

Marcas perimetrales de la zona de Baño de Camarzana de Tera. C. G. R.

Desde el Ayuntamiento auguraban que este sería el fin de semana con una mayor afluencia de personas, pero el alcalde apunta que, finalmente, no ha sido así, y todo ha transcurrido dentro de una relativa normalidad.

La playa de Camarzana de Tera volvió a albergar bañistas después de que a principios de mes el Ayuntamiento decidiera echar el cierre ante el miedo a posibles rebrotes en la zona.

La amplia pradera de la ribera del río Tera permite a los bañistas darse los últimos chapuzones del verano respetando la distancia de seguridad. Además, se han dispuesto unas marcas perimetrales para marcar la zona por donde hay que entrar o salir del agua.

Si algo no ha cambiado desde el año pasado a este, es que muchos son los que vuelven al pueblo desde las ciudades a pasar sus vacaciones. El próximo fin de semana será el último de este atípico mes de agosto. A partir de entonces, los pueblos verán notablemente reducida su población. Además, la llegada del otoño cada vez está más próxima, y hay muchos días que ya no invitan al baño. La suma de todas estas circunstancias permite que bañarse en estas zonas entrañe un riesgo mínimo, tanto de contagiar como de ser contagiado, siempre y cuando vecinos y ayuntamientos pongan de su parte y cooperen en pro de un fin de verano tranquilo bajo el amparo de la seguridad sanitaria.