La investigadora benaventana Cristina Nuevo Tapioles es la primera autora de un estudio desarrollado por científicos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) en el que han demostrado el gran potencial antitumoral del nebivolol, un fármaco anti-hipertensivo, que evita el crecimiento y la angiogénesis de los tumores, concretamente del cáncer de colon y mama. La línea de investigación está dirigida por el profesor José María Cuezva en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa donde Nuevo Tapioles es investigadora posdoctoral. El estudio abre las puertas a una nueva terapia contra el cáncer.

–¿Cuándo surge este proyecto, forma parte de su tesis doctoral?

–Esta investigación que se ha publicado en la revista Nature Communications parte de mi tesis doctoral. Empecé hace cinco años y leí la tesis hace uno y forma parte de ello. A través del grupo de Biología Molecular lo enviamos a esta revista hará un año y desde entonces hemos estado en contacto. En la revista hay una serie de expertos que evalúan el estudio. Llevamos un año de intercambio con ellos, que mostraron su interés por ello y nos han pedido los experimentos, introducir nuevos aspectos y ahora mismo está más completo que lo que yo presenté en la tesis doctoral. Parte de ahí la idea y la mayoría de los experimentos que hemos hecho en el último año.

–¿En qué consiste esta investigación que trata de buscar nuevas aproximaciones terapéuticas para un problema de salud de carácter mundial como es el cáncer?

–Nosotros queríamos buscar entre fármacos ya conocidos. Son fármacos que se usan ya en la clínica para diferentes patologías. Queríamos encontrar dentro de estos fármacos, en una librería que hemos utilizado que tiene 1.018 fármacos y que se proporciona de manera comercial, una nueva diana. En nuestro caso, nosotros trabajamos el metabolismo mitocondrial, diríamos la producción de energía de las células del cáncer. Entonces hemos utilizado esos fármacos que ya están aprobados para otras cosas, para intentar un uso en cáncer.

–Y esa investigación ha dado buenos resultados.

–Nosotros hemos encontrado un fármaco que es anti-hipertensivo, el nebivolol, que evita el crecimiento de los tumores y la angiogénesis. Se trata de un fármaco que utilizan las personas que tienen problemas cardíacos de este tipo. Lo que no se sabía de este fármaco y otros que hemos encontrado es que es capaz de inhibir este metabolismo mitocondrial, esta producción de energía de las células cancerígenas y de su crecimiento. Lo que hemos hecho es, además de tratar células de cáncer en cultivo, tratar ratones a los que les hemos inyectado estas células de cáncer de colon y mama humana, hemos tratado estos ratones con el fármaco nebivolol y se ve que se disminuye el crecimiento tumoral. Mientras que un ratón que no es tratado con nada tiene un crecimiento brutal de las células tumorales. Los tratados con este fármaco tiene una supervivencia es mayor. Cuando vimos que este fármaco tenía esta respuesta, intentamos describir el mecanismo de acción que pudiera tener sobre las células del cáncer para causar esta inhibición de su crecimiento y encontramos que mientras inhibía el mecanismo hipocondrial también lo hacía con la angiogénesis, el proceso de formación de vasos sanguíneos alrededor de un tumor para hacer que lleguen los nutrientes y la alimentación al tumor. Vimos que estos tumores no tenían vasos sanguíneos suficientes alrededor que hicieran llegar nutrientes, el crecimiento de las propias células del cáncer estaba inhibido porque no tiene energía suficiente, entonces crece mucho menos.

–¿Podría ser un descubrimiento también importante para frenar la metástasis tumoral?

–La investigación no es exactamente modelo de metástasis. Hemos trabajado con unos ratones a los que les hemos inyectado las células tumorales. Pero es importante lo que hemos encontrado respecto a la angiogénesis, la formación de los vasos sanguíneos alrededor del tumor, porque ese proceso está muy relacionado con la metástasis. Si estamos consiguiendo parar la angiogénesis es probable que su eficacia en una enfermedad de cáncer metastásica también pueda ser importante.

–En todo caso, estaría hablando de una terapia combinada con los actuales tratamientos contra el cáncer como es la quimioterapia o la radioterapia?

–En principio la aproximación que se podría llevar a cabo, si llegara a ensayo clínico, sería combinarlo con los tratamientos que ya se aplican al cáncer. El nebivolol podría utilizarse bajo la prescripción de un médico ya que es un fármaco ya aprobado y sus efectos secundarios son casi nulos. Estarías ayudando a esos tratamientos ya establecidos. SE podría mejorar la calidad de vida del paciente.

–El cáncer es un problema de salud que conlleva importantes costes económicos, ¿cree que estas aproximaciones terapéutica ayudan a minimizar el coste de la inversión?

–Sí, puesto que el descubrimiento de fármacos es muy costoso y además lleva años desde que en un laboratorio se descubre un tipo de estructura de una molécula que pueda dar lugar a un fármaco, hasta que el fármaco se sintetiza, se prueba en células, en ratones u otros organismos animales y luego en humanos, es un proceso larguísimo. La terapia que proponemos, el reposicionamiento de fármacos, te da mucho más tiempo y te evita un gasto económico grande porque ya se ha realizado todo el proceso anterior, se ha descrito su mecanismo y se sabe qué pasa con los pacientes. Si se puede reposicionar en otro tipo de terapia estás ganando tiempo y dinero.

–¿Existen posibilidades de poder llegar al ensayo clínico?

–No es exactamente algo que esté de nuestra mano porque no somos un laboratorio clínico, somos un laboratorio de ciencia básica, pero al final se trata de colaborar entre todos. Necesitaríamos un grupo de médicos u hospital o varios hospitales que pudiese estar interesado, si tuviese algunos casos de enfermos de colon y mama que pudieran ser susceptibles de ser tratados en una combinación con este compuesto y comenzar así el ensayo clínico. Nosotros lanzamos la idea y una vez publicada ya es para todo el mundo, todo el mundo lo puede leer, es un artículo de acceso libre, gratuito. En el momento que haya alguien interesado en el tema se podría llevar a cabo este ensayo. Pero no depende directamente de nosotros, ya depende del siguiente paso en el escalón.

—¿Por qué ha optado por apostar por este proyecto relacionado con el tratamiento del cáncer?

—Tras mis estudios en la Universidad de León, elegí hacer un máster de investigación de ciencias numéricas porque al final aunque no tengas muy claro lo que quieres estudiar lo que sí tenía claro es que tenía que hacer una tesis y especializarme en un tema en profundidad. En mi caso algo relacionado con el metabolismo y la mitocondria que es un tema que siempre me ha llamado y me ha gustado mucho. El trabajo que hice de fin de máster también estaba relacionado con la mitocondria y quería ir por ahí. Surgió una beca del CTI (Ciencia, Tecnología e Innovación) y la apliqué en el laboratorio del profesor Cuezva en 2015 y conseguí acceder, sabiendo que él, además de trabajar con mitocondria, tiene un amplio bagaje de estudio del cáncer. Era un poco como el lugar perfecto para poder formarme y tener acceso a este tipo de investigación de la mitocondria y además relacionado con la patología del cáncer y otras que se estudian. Cuando vi la oportunidad, con el currículo que el profesor Cuezva tiene, no quise dejarla pasar.

—A lo largo de los distintos estudios e investigaciones en los que ha estado trabajando supongo que la prueba-error es algo que se repite. ¿Qué supone lograr resultados satisfactorios tras el trabajo realizado?

—Es muy importante. Cuando empecé la tesis lo hice un poco a ciegas al principio, tenía una idea de proyecto que no sabía qué iba a pasar y al final, después de haber probado muchas cosas que a veces salen mal, cuando empiezan a salir bien pues claro es muy satisfactorio. Partimos de una librería comercial de fármacos y puede haber alguna opción válida y puede que no. La hipótesis de trabajo está ahí, pero puede ser que no se consiga nada interesante de la investigación o puede que haga algo que te pueda interesar y puedas continuar. Cuando después de hacer muchas cosas y muchos experimentos que ves que lo que pensabas no funciona tan bien como te gustaría, llegas al final a encontrar una molécula aprobada para su uso en clínica y que los resultados son tan claros ha sido estupendo y emocionante ver los resultados finales.

—¿Por dónde continúa ahora su investigación?

—Estamos trabajando con compuestos activadores en enfermedades mitocondriales, con problemas neuromotores. Estamos intentando un fármaco que aumente la capacidad de acción de las mitocondrias. Son enfermedades que no tienen tratamiento en la actualidad.

—¿En el tiempo que lleva investigando ha visto proyectos que se han tenido que quedar en el camino por falta de inversión económica?

—Sí claro. Es un handicap en este país. Tanto por la falta de subvenciones y proyectos del Estado y otras administraciones como por falta de personal que puede participar en ellos por tener dinero suficiente para pagar ese personal. Hay contratos precarios en todo el sector, grandes ideas se quedan en el camino. Yo he contado con una beca de cuatro años para realizar la tesis que pude hacer por completo y después he enlazado con otra beca de la Comunidad de Madrid para investigadores posdoctorales. Todo el tiempo es la búsqueda. En muchos casos hay que elegir entre comprar el material para investigar o pagar los contratos, o las muestras no se pueden enviar... Nos vemos en una situación inestable en el tiempo.

—¿Se plantea salir de España para continuar con tu carrera profesional?

—Sí, yo tengo ganas de salir de España. He continuado en este laboratorio que es estupendo y porque teníamos este proyecto entre manos. Ahora cuando termine el proyecto me parece importante salir y tener una estancia posdoctoral de unos años en otro país europeo o en Estados Unidos, con más recursos para investigar. El problema más que irnos, que es un poco el proceso natural si quieres seguir en ciencia, es volver. Cuando quieres volver te das cuenta que no hay contratos, que las becas son súper competitivas porque hay pocas.